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Miranda no dejaba de ver a James, estaba sentado apoyado en el árbol en el que siempre se sentaban pero noto algo raro en él. Estaba llorando. Miranda no le gustaba verlo así, le partía el corazón. Quería acercarse a él. ¿Me reconocerá? Se preguntaba así misma

—Jon iré a ver quién es

—Majestad no creo que...

—Tengo que hacerlo, lo hare sola solo esperen aquí – ella empujo las ruedas y avanzó hacia él de manera lenta – James

James se paralizo al escuchar esa voz, la reconocía a la perfección así que giro la cabeza encontrándose con Miranda, la misma amiga que habia estado a su lado siempre pero algo diferente habia en ella. Estaba en silla de ruedas.

—Estas... eso es una Sill-silla de ruedas – dijo nerviosa mientras se levantaba – yo te hice esto verdad

—Me reconociste

—Contéstame Miranda... yo te lo hice

—Me recuerda – Miranda sintió lagrimas salir de sus ojos – de verdad

—No llores – la quito las lágrimas – no me gusta verte llorar. Lo lamento– se arrodillo mientras abrazaba las piernas de Miranda – estas aquí por mi culpa

—Claro que no, esto lo hiciste por amor James – ella sonrió – por Lily... por ella

—Perdóname – levanto la cabeza besando toda su cara haciéndola reír – de verdad lo siento. Por mi culpa estarás para siempre. Yo te hice esto – comenzó a llorar

—No llores James – ella lo abrazo – sabes que te quiero, eso nunca cambiara

—Me perdonas Miranda – se soltó del abrazo para mirarla – si quieres que me aleje solo dilo

—No quiero eso – comento ella sonriendo mientras lloraba – no podré estar tranquila sin ti James. Te perdono

James sonrió de felicidad para después abrazarla y pegarla a su cuerpo, se levantó con ella en brazos. Miranda no tocaba el piso solo sonreír con felicidad, el vació que sentía en su corazón habia desaparecido. James. James. Siempre es James, él nunca saldrá de su mente ni de su corazón. James iba a saltarla pero Miranda casi se cae pero él la tomo de la cintura antes de que eso pasara.

—Tranquila, jamas te soltare –comento él – es mejor que te sientes

La ayudo a que se sentara en la silla para después empujarla hacia donde estaban los guardias y cuando lo vieron hicieron aparecer dos espadas de la nada y lo apuntaron, la chica que estaba ahí levanto un arco apuntándolo.

—No lo lastimen, es un amigo – cuando ella dijo bajaron las espadas y el arco – James ellos son mi guardia privada por el momento, es que mis padres no me quieren dejar sola

—No entiendo – comento James

—Te lo contare mañana – me contesto

—Majestad tiene que practicar

—Claro Jon – ella miro a James – ayudas a pararme

—Claro – él le ayudo a que se levantara de la silla y poco a poco se paró para después mirarlo a los ojos – sé que puedes hacerlo

Miranda cuando escucho eso empezó a dar un paso con su ayuda, luego otro, otro, otro y James la soltó sin que ella se diera cuenta y comenzó a caminar. Miranda sentía como sus piernas no eran las de antes, algo habia cambiado en ese momento y no entendía porque. Tal vez era James. Cuando dejo de pensar se dio cuenta de que estaba corriendo, paro de correr y miro a un costado encontrándose con que los guardias y James la miraban sonriendo, ella salto de felicidad. Podía caminar. Después de un año sin hacerlo. Miranda miro a James y corrió hacia él saltando encima rodeando sus piernas en su cintura.

Una Snape diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora