*44*

40 7 0
                                    


Habia pasado horas y Miranda estaba por su octavo libro, cuando termino de escribir miro sus manos para abrir los ojos sorprendidos al ver que escribió muchos libros en unas cuantas horas. Tomo los libros y con solo tocarlos pudo ver todo lo que escribió como si fuera una película, cuando alejó sus manos se sorprendió al ver lo que paso es niño.

—Esto no tiene que caer en manos equivocadas – tomo los libros y puso un hechizo extensible en su mochila que siempre usaba, los metió dentro– tratare de cambiar la historia

Miranda escucho como tocaban la puerta de su habitación así que dejo su mochila a un costado, por la perta entro James Potter sonriendo al ver a la chica. James sonrió al verla ahí sentada en su cama, camino hacia ella acostándose a su lado besando su frente.

—No bajaste a comer – dice James mientras atraía a Miranda a su pecho– te espero y no apareciste

—No tenía hambre – dice cerrando los ojos

—No te creo – dice sonriendo – duerme un poco, te levantare cuando sea el momento

Miranda asintió mientras se quedaban dormida. James al verla dormir no pudo evitar notar que tenía su mano en su cuello, tomo su mano sacándolo de ahí mirando que tenía tres collares en su cuello, los saco de ahí de manera lenta para no levantarla y se encontró con un colla en forma del escudo de Gryffindor, otro estaba partido a la mitad y el ultimo lo dejo atónito, el ultimo collar tenía el anillo que él le habia dando la vez que estaba enferma por su culpa. La tenía con ella desde ese día, James saco su collar mirando su anillo que habia puesto ahí.

En ese momento la puerta de la habitación se abrió dejando ver a McGonagall que al ver la escena iba a decir algo pero James negó con la cabeza mientras se levantaba dejando a Miranda a un costado dormida. James la tapa con una manta y camino hacia la profesora McGonagall.

—No debería estar en la habitación de las chicas Potter – dice McGonagall

—Ella estaba teniendo una pesadilla – dijo James mirando a Miranda – se le ofrece algo

—El profesor Dumbledore los llama a los dos – dice la profesora para después irse

James miro a Miranda y fue hacia ella tocando su cabeza tratando de que se levante pero no tenía resultado. Miranda se comenzó a mover hasta que abrió los ojos encontrándose con James mirándola con ternura, ella se sentó mientras abría los ojos.

—Pasa algo – dice Miranda tallándose los ojos

—Tenemos que ir al despacho de Dumbledore, nos llama a los dos – dice James besando su frente – tiene que levantarte

—Bien

Miranda se levantó de la cama para caminar hasta ponerse sus zapatillas, mire como su hurón estaba durmiendo junto con su perrito nuevo. James tomo su mano y salieron de la habitación para ir directo al despacho de Dumbledore. Llegaron hacia la sala común donde estaban McGonagall junto con Sirius que al verlos juntos sonrió pero no dijo nada, Sirius le encantaba ver a sus amigos felices.

La profesora empezó a caminar y ella empezó a seguirla, Miranda iba detrás de ella casi corriendo, pues caminaba demasiado rápido, no sabía cómo demonios James y Sirius caminaban detrás de ella sin correr y bromeando, se detuvo hasta que llegaron a una estatua, la profesora dijo la contraseña y la estatua se fue para arriba dejando una escalera de caracol, la profesora miro a la pelirroja que estaba perdida en sus pensamientos

—Señorita, ¿Quiere una invitación?–pregunto la profesora a que pasara

Miranda volteo a verla y sonrió apenada, empezó a subir las escaleras para encontrarse con el despacho de Dumbledore, él cual no se encontraba ahí, camino observando todo lo que encontraba ahí, entre ellos se fijó en el fénix, muy curioso, en cuanto se acercó el fénix se hizo cenizas y ella miro para todos lados algo asustada, ella lo habia matado.

Una Snape diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora