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ESE CHICO TE ESTA MIRANDO DESDE que salimos de la clase de pociones – comento Carina mirando a su mejor amiga que miraba en dirección a un chico de Ravenclaw.

—Bueno, no lo culpo – comento Miranda sin despegar la mirada de su hurón – tiene un buen gusto

—Lo imagino

—Alguien te invito al baile – Carina negó – ceras que te invitara pronto

—Eso espero o tendré que ir con James – miro al hurón –es tan terno que todos se pondrá celosos de él

—Me lo imagino – comento – estos días son agotadores

Cada día de la última semana del trimestre fue más bullicioso que el
anterior. Por todas partes corrían los rumores sobre el baile de Navidad. Por ejemplo, decían que Dumbledore le había comprado a la señora Rosmerta ochocientos barriles de hidromiel con especias. Parecía ser verdad, sin embargo, lo de que había contratado a Las Brujas de Macbeth.

Algunos profesores, como el pequeño Flitwick, desistieron de intentar
enseñarles gran cosa al ver que sus mentes estaban tan claramente situadas en otro lugar. En la clase del miércoles los dejó jugar, y él se pasó la mayor parte de la hora comentando con Harry lo perfecto que le había salido el encantamiento convocador que había usado en la primera prueba del Torneode los tres magos.


Otros profesores no fueron tan generosos. Nada apartaría al profesor Binns, por ejemplo, de avanzar pesadamente a través de sus apuntes
sobre las revueltas de los duendes. Dado que Binns no había permitido que su propia muerte alterara el programa, todos supusieron que una tontería como la Navidad no lo iba a distraer lo más mínimo. Era sorprendente cómo podía conseguir que incluso unos altercados sangrientos y fieros como las revueltas de los duendes sonaran aburridos. También McGonagall y el profesor de pociones los hicieron trabajar hasta el último segundo de clase, y además tendrían un examen de pociones sobre antídotos.

Las dos amigas se fueron directo al Gran Comedor para hacer los deberes de pociones y librarse de ellas, todos estaban haciendo tareas ahí, se sentaron en el centro de la mesa. Miranda saco sus cosas y al hurón que estaba dentro para dejarlo en la mesa y miro como se acostó a dormir.

—Míralo Carina, está durmiendo – comento ella sonriendo

—Desearía ser un Hurón dormir todo el día – Miranda se río – no te rías es verdad.

Estaba haciendo sus deberes cuando varis papelitos fueron lanzados a sus cabezas molestándolas y mirando hacia delante encontrándose con las miradas de James y Sirius.

—¡Eh, Carina!

Carina que estaba emocionada, ella esperaba que le dijera l que quería escuchar pero se hizo la difícil

—¿Qué? –le preguntó.

—¿Quieres ser mi pareja de baile?

Carina miro a Miranda y ella asintió, así que volvió a mirar a Sirius para contestarle.

—Sí, claro – dijo sonriendo mientras seguía con sus cosas pero con una enorme sonrisa

—Te dije que aceptaría – comento Sirius mirando a Carina que no dejaba de hablar con Miranda

—Es momento de que invite a cierta pelirroja, deséenme suerte – James se levantó saliendo del Gran Comedor para irse directo a buscar a su pelirroja

—Me siento cansada Carina – apoyo la cabeza en la mesa – iré a despejarme

—Pero la tare – comento Carina mirando los libros – es mucho para mi

Una Snape diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora