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Ya era de noche y todos se fueron a donde sería el evento que daba lugar a la Tercera prueba, James estaba feliz de estar ahí con Lily apoyándolo no se percató de que Miranda no estaba con ellos, los únicos que se dieron cuenta eran Remus y Peter.

Miranda llego al lugar acompañada de sus hermanos y su amiga además de que conocía a Regulus Black, él hermano menor de Sirius y le cayó muy bien al igual que a él. Miranda noto que James tenía sujetando la mano de Lily así que no se acercó a ellos.

—¡Damas y Caballeros, va a dar comienzo la tercera y última prueba del Torneo de los tres magos! Permítanme que les recuerde el estado de las puntuaciones: empatados en el primer puesto, con ochenta y cinco puntos cada uno... ¡el señor James Potter y Damon Krum! –dijo Bagman– En tercer lugar, ¡la señorita Camila Delacour, de la Academia Beauxbatons! ¡Entonces... cuando sople el silbato, entrarán James y Damon! –dijo Bagman – Tres... dos... uno...

Dio un fuerte pitido, y James y Damon penetraron rápidamente en el laberinto.

—Ojala gane James – dijo Carina – le vendría bien a Hogwarts – dijo apoyando la cabeza en el hombro de Miranda

—¡Cuando sople el silbato Camila va a entrar!

Dio otro pitido y Camila entro al laberinto con los aplausos de todos de fondo.

—¿Y ahora que se supone que tenemos que hacer? –preguntó Carina.

—Esperar, cielo – dijo Fabian

—No puedo esperar – dijo Carina ¿Y si voy a buscar a tu hurón?

—¿El bebé? – pregunto Gideon

—Sí, voy. No quiero esperar

Miranda se fue trotando hasta la torre de Gryffindor.
Cuando entro en su sala común se encontró con hurón mordiendo un libro que seguramente habia estado en alguna de las mesas. Su hurón siempre hacia eso cuando no sabía que hacer o estaba solo.

—¡James! –lo reto y el dejo de morder el libro y se acercó a su dueña – No me mires asó que sino no puedo retarte.

El hurón se acurruco en su dueña

Miranda se agacho para tomar el libro y cuando lo abrió noto que en la esquina tenía el nombre del dueño. Sara Patil.

—Ups, alguien se va a enojar – dijo tirando el libro en el sillón – Ahora vamos que nos están esperando.

Miranda estaba pasando por los pasillos cuando sintió que la seguían giro la cabeza y se encontró con que no habia nadie, volvió a caminar cuando sintió un dolor de cabeza haciéndola desmayar.

Miranda abrió los ojos encontrándose en un cementerio, se levantó rápidamente mirando por todos lados buscando a alguien pero no habia nadie, camino por el lugar y noto que estaba descalza, busco a su hurón pero no estaba con ella. Camino más hasta que noto a alguien mirarla, retrocedió pero el hombre dio un paso adelante dejando ver a un chico de cabello castaña con ojos negros, parecía mayor ero era realmente atractivo.

—¿Quién eres?

—Eres igual a ella – el hombre dio un paso hacia ello – Fiorella

—Como sabes mi nombre – dijo mirando al hombre que había crecido cuando salió de la sombra

—Por qué te conozco – Miranda no sabía a donde ir así que se quedó parada – eres hermosa, tal como lo recordaba

—¿Cómo te llamas?

—Tú lo sabes – toco su mejilla – lo sabes perfectamente cariño – acerco sus labios hacia él besándola

Miranda no sabía que pasaba pero sintió cariño en ese beso, Miranda le siguió el beso sin importarle nada, no sabía lo que estaba haciendo pero la reconfortaba. El beso era tan familiar para ella en esos momentos, él aferro sus brazos a su cintura mientras que ella levantaba sus brazos para envolverlos en el cuello de él. Se sentía el amor en ellos. Ambos se amaban pero ella no entendía ¿Por qué?.

Una Snape diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora