Pilares Mangakas [GiyuuTan]

Capítulo 30: El final que te mereces

Al cruzar la puerta de la Finca Mariposa, Giyuu se encontró con el gigantesco cuerpo de Gyomei tirado en el suelo como si de un cadáver se tratara. Nunca se le habían dado bien las personas y mucho menos las situaciones extrañas así que ante esto solo podía lanzar una pregunta.

- ¿Estás bien?

El cuerpo de Gyomei siguió en el suelo sin responder a las llamadas de Giyuu así que se agachó a su lado para comprobar que estaba respirando.

- Respira – sin saber que más hacer, pinchó la mejilla del mayor con uno de sus dedos pero no obtuvo respuesta - ¿Himejima?

Al seguir sin obtener respuesta, Giyuu se adentró en el salón. La escena de dentro no era muy distinta de la de la entrada ya que los pilares estaban tirados por el suelo.

- ¿Hola? – saludó pero estos seguían en el suelo sin moverse.

A paso tranquilo y esquivando algunos cuerpos, se acercó hacia el de Sanemi y le pellizcó la nariz haciendo que el aire dejara de entrar a su cuerpo. Solo necesitó unos segundos para que el pilar del viento se levantara de golpe y le diera un puñetazo en la cara que le tumbó en el suelo.

- ¡¡IMBÉCIL!! – Sanemi se restregó los ojos con los puños y visualizó mejor al hombre al que había pegado – Ah, eres tú. Buenos días cara mierda.

- ¿Así saludas? – llevó una de sus manos a la mejilla donde había recibido el golpe del otro.

- Oye, que has sido tú el que me ha tapado la nariz – volvió a restregar sus ojos para volver a mirar a Giyuu - ¿Mm? Genial, sigo dormido todavía.

- ¿Por qué dices eso?

- Porque creo que te falta el animal muerto que llevabas pegado siempre detrás de la cabeza.

- ¿Te refieres a mi pelo?

- ¿Te quieres ir a la mierda y dejar que siga durmiendo? Si quieres hacer algo útil cómeme la polla, bueno mejor no – se volvió a tumbar en el suelo.

Giyuu se dio por vencido con Sanemi y fue hacia Iguro, al que empujó suavemente.

- Iguro.

- ...

- Iguro – volvió a empujarle y este frunció el ceño en sueños – Iguro, despierta.

- ¿Qué...? – abrió los ojos - ¿Kaburamaru? ¿Ahora eres humano? No te ofendas pero como humano eres algo feo, justo como Tomioka pero papá te querrá siempre – estiró los brazos para abrazar a Giyuu pero cuando pudo identificar los ojos azules se detuvo - ¿Tomioka?

- Sí, ¿a qué viene lo de que soy feo?

- ...

- ¿Iguro?

- ¿Y la rata muerta que llevabas detrás de la cabeza?

- No era una...

- Mejor déjalo, quiero dormir – volvió a cerrar los ojos.

- ¿Alguno tiene la intención de despertarse? – se alejó del pilar de la serpiente para ir hacia Shinobu – Shinobu, vamos, tenéis que despertar de una vez – movió ligeramente el cuerpo de la chica.

Los ojos morados se abrieron y al ver a Giyuu se dibujó una pequeña sonrisa en su rostro que le advirtió al pilar del agua de un peligro inminente.

- Príncipe fontanero... - confundió a Giyuu con Hakuji y le atrapó dispuesta a darle un beso – Fontanero-san...

- ¡Shinobu! ¡Despierta! – de un empujón se separó de Shinobu, la chica volvió a cerrar los ojos mientras sonreía en sueños – Se tienen que despertar ya.