Pilares Mangakas [GiyuuTan]

Capítulo 9: Espantoso festival cultural

- Bien, pues ya está decidido - el delegado de la clase tachó todas las propuestas de la pizarra menos una - ¡Nuestra clase hará una cafetería temática de Kimetsu no Yaiba! 

- ¡SIIII! - la clase gritó emocionada, todos eran muy fans de ese manga.

- Oye, oye - un grupo de chicos se acercó a la mesa de Muichiro - ¿Y qué hará este en la cafetería?

- Podría aprender a hablar.

- Lo mejor será que se mantenga alejado, dará una imagen horrible. 

Muichiro no dijo nada, se limitó a recoger sus cosa en silencio. 

- ¿Vas a hablar de una vez o qué? 

- Dejadle en paz - una voz dulce salió en su defensa, era Rengoku Senjuro - Muichiro no os hace nunca nada ¿por qué os metéis siempre con él? 

- ¿Eres amigo del mudo este? 

- No... - Muichiro por fin habló - Senjuro no es mi amigo.

Las palabras de Muichiro entristecieron al menor de los Rengoku. Más de una vez Senjuro había salido en su defensa pero siempre recibía rechazos por parte del otro. ¿Por qué Muichiro rechazaba al único chico que quería hacerse su amigo? Senjuro lo sabía perfectamente, si seguía intentando hacerse su amigo puede que él se volviese otro objetivo de los acosadores. Muichiro prefería seguir solo a sufrir en compañía. 

- Claro que no es tu amigo, nadie en su sano juicio se juntaría contigo. ¡Friki! - el chico tiró las cosas que quedaban en la mesa de Muichiro al suelo y se fue con los demás de la clase.

- Deja que te ayude - Senjuro se arrodilló para recoger las cosas.

- Senjuro... déjame en paz, por favor... - la mirada azul de Muichiro era seria pero eso no impedía ver la tristeza que reflejaba. 

Desde el fondo de la clase había una persona muy atenta a la escena. Su pelo blanco tapaba uno de sus ojos y su rostro se mantenía serio. 

- Cafetería de Kimetsu no Yaiba - Rui sonrió - A lo mejor se le puede agregar algo divertido. 

En la Finca Mariposa algo extraño pasaba, los pilares miraban con una sonrisa a Giyuu mientras trabajaba.

- ¿Qué queréis? ¿Un aumento de sueldo? Yo no creo en esas cosas. 

- No, no, no queremos eso - Shinobu le sonreía y eso le causo un terrible escalofrío.

- ¡Mierda Shinobu! Cuando sonríes me das miedo.

- ¿Por qué no nos dijiste nada? - Uzui preguntó.

- ¿De qué?

- De esto - Iguro dejó la revista en la mesa, allí estaba publicado el relato que escribió con Tanjiro. 

- ¡Es un relato caliente! Me sorprende que sepas escribir esas cosas - Rengoku le miro emocionado. 

- ¡También hay amor! ¡Me gusta! - Mitsuri saltó emocionada.