Capítulo 21: El ascenso de la tercera luna

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Pisó con fuerza la nieve. Quería gritar, estaba enfadado, enfadado con los niños que se reían de él, enfadado con su padre por ser como es y enfadado con ese niño pelirrojo. ¿En qué momento se cruzaron sus caminos? Nunca debió dirigirle la palabra. El día entero había sido una pérdida de tiempo.

- Eres un niño tonto, no te acerques nunca más – empezó a caminar por la nieve.

- Pe...pero... - el niño le llamó entre lágrimas.

Giyuu se dio la vuelta un momento. Los ojos rojizos estaban llenos de lágrimas, era evidente que lo que le había dicho había sido la causa de sus lágrimas.

- Piérdete – su voz sonó seria. 

- Ah... - el niño abrió los ojos sorprendido por la dureza de sus palabras – He... héroe-san...

- ¡No me llames así! No soy ningún héroe. 

- Si que lo eres, eres mi...

- ¿Tu héroe? ¿Y debería hacerme feliz ser el héroe de un niño tan estúpido? No me importas, así que desaparece pronto de mi vista. 

Las lágrimas cubrieron el rostro del niño pelirrojo. 

Giyuu abrió los ojos para encontrarse con el techo de su habitación. Notó como algo líquido caía por sus mejillas, eran sus lágrimas. Hacía mucho tiempo que no soñaba con el Tanjiro joven. Se sentó en su cama y secó las pocas lágrimas que caían por sus mejillas con su puño.

Tener esos recuerdos dolía. Pensar en cómo Tanjiro le dio valor, pensar en lo bien que se lo pasó a su lado y pensar en lo cruel que fue con él. Puede que el hecho de que Tanjiro perdiera sus recuerdos de ese día fuera en realidad un regalo porque no sabía si con esos recuerdos en su mente el chico le podría sonreír como hace siempre.

Lo podía negar las veces que hicieran falta pero la verdad es que tenía miedo. Miedo de la reacción de Tanjiro. Sabía que no podía decirle que lo amaba sin contarle sobre el día que se conocieron. Era injusto para Tanjiro no tener todos sus recuerdos pero no saber cómo reaccionaría Tanjiro al recuperarlos hacía que Giyuu dudara.

Giyuu era el culpable de que Tanjiro se pusiera en peligro, era el culpable de que esa cicatriz se formara en su frente.

- Tanjiro... - miró el espacio vacío de su cama, el espacio que el pelirrojo ocupó mientras Urokodaki estaba en casa – Te quiero – volvió a tumbarse en la cama.

¿Por qué es tan fácil hablar de tus sentimientos cuando no hay nadie presente?

¿Por qué es tan fácil hablar de tus sentimientos cuando no hay nadie presente?

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Akaza miraba nervioso su móvil. Cuando un mensaje hizo vibrar su móvil, éste se lanzó hacia él como si su vida dependiera de ello.

Koyuki

Me he vuelto a perder por las calles

Pero no te preocupes, ya me he localizado

Hakuji

Pilares Mangakas [GiyuuTan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora