Las varias luces de diferentes colores parpadeaban dando un ambiente más exótico y vivo al lugar. Muchos cuerpos balanceándose. Mujeres y hombres compartiendo saliva en cualquier esquina del lugar. Varios grupos de chicos gritándose y riendo en sus mesas. Mi querida prima atragantándose con la lengua de un chico que apenas conocía. La barra brindando los mejores tragos. El incómodo y corto vestido que me asfixiaba, y las largas y exageradas botas que traía empezaban a hacer lo suyo.
Ladys and Gentleman, les presento mi querido sábado.
Estaba pasando el fin de semana con mi eufórica prima Emily. La adoraba, pero a veces era demasiado loca para mi gusto. Le prometí que la traería a esta prestigiada disco donde sabía que nos gastaría una millonada pero no me importaba al final algún día me arrepentiría de no haber disfrutado mi juventud. La misma llegó y se posó a mi lado, era demasiado bonita. Su cabellera era igual de rubia que la mía pero la de ella se pasaba de la cintura, sus ojos eran grises y dotaba de un lindo cuerpo que llamaba bastante la atención.
–Dos filas de shots para nosotras—ordenó a mi lado y rodeé los ojos.
–Quieres emborracharme ¿verdad?—su sonrisa ladina me respondió.
–Me gustas cuando bebes.
El barman nos sirvió lo pedido y tomamos todos los diminutos vasos que habían en el mostrador. Una tras otro. Su brazo se enlazó al mío, comenzó a tirar de mi hacia la pista, y no negué su propuesta. Íbamos esquivando a todos los que se interponían en nuestro camino. Hasta que finalmente llegamos a ella.
Mis pies se empezaron a mover junto a los de Emily. No podía negar que ella bailaba muy bien, siempre que salíamos a un lugar así terminaba con varios números telefónicos, yo por mi parte no lo hacía tan mal pero más bien bailaba forzada por ella.
Mi prima pegó su cuerpo al mío y comenzó a dar todo por su parte. Varios chicos se le quedaban observando con lujuria a lo que ella sonrió y movió más su caderas cerca de la mía. No podía creer lo que estaba haciendo pero al parecer el tequila estaba haciendo un fuerte efecto en mi. Un terrible dolor de cabeza me detuvo por unos momentos, giré para ver a mi alrededor daba vuelta. Mi vista se volvió menos nítida, y mis pies comenzaban a fallar.
¿Un mareo justo ahora?
«Así de oportuna eres, o soy»
–Voy al cuarto de baño regreso ahora—mencioné a la misma, ella asintió y siguió bailando con un chico que le coqueteaba desde hace un rato.
El baño estaba tranquilo a no ser por unos gemidos que no dejaban de sonar dentro de uno de los cubículos. Lavé suavemente mi cara para no cometer un desastre. Me observé en el espejo delante de mi. No estaba tan mal, debería seguir vistiéndome así por toda mi vida. Mi prima me había obligado a usar maquillaje, lo que me hacía lucir como otra persona, no era fan a esos escandalosos delineados pero no podía negar que la Emily sabía lo que hacía.
La puerta detrás de mí se abrió y una pareja salió de allí de no menos de 20 años. La chica se apenó al verme y salió rápidamente del lugar, pero el por su parte le dió igual. Se detuvo a mi lado y lavó sus manos con mucha paciencia. Por el espejo noté que me miraba, al notar mi vista guiñó un ojo hacia mi. Giré los ojos por esa actitud cochina y arreglé mi cabello para luego pasarle por el lado y salir de aquel lugar.
Caminé por casi todo el enorme establecimiento para volver a detenerme en la barra. Pedí un trago fuerte al chico que estaba encargado, no tardó ni un minuto y ya tenía aquel precioso líquido en mis manos. Me volteé para volver hacia la pista. Necesitaba liberar un poco de tensiones pero un estúpido chico se atravesó en el medio y volteó el líquido de mi vaso sobre ambos. Furiosa lo observé, su rostro gritaba una gran disculpa.
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Lila
Teen FictionLila Malley nunca había tenido la vida que tanto deseaba, y sus padres eran los verdaderos culpables de eso. Sus problemas la habían llevado a ser una discreta consumidora que a su debido tiempo provocó que sus sueños se desmoronaran y convirtieran...