Holisss, perdón por la demora, llevaba tiempo con algo de bloqueo por problemas personales. Pero no saben el gusto que me da llegar y publicar nuevamente.
Como se que me tarde alrededor de un mes vine a recompensarles con este maratón.
Así que solo disfruten y perdonen a este pobre ser, les quiero <3Maratón 1/3.
Noah Kurbini.
–¡Cuñada!
Sin poder controlarlo mis ojos viajaron hacia el descanso de la escalera donde se encontraba una perezosa y somnolienta Lila. Sus coloridos ojos se veían ojerosos, al parecer se había estado acostando tarde. Colocó una de sus manos sobre su estómago y las sostuvo allí por unos segundos. Estaba seguro de que tenía hambre, comenzaría a caer la tarde en cualquier momento y ni siquiera había probado un bocado de comida.
Luego de controlar sus bostezos analizó nuestro alrededor, y sin fijarse antes en los míos chocó con los ojos pardos de mi querido amigo. Aburrida, dejó sus estos a un lado y se centró en las botellas de cervezas que ambos traíamos en manos.
–Iré a cambiarme.
–¡Que sepas que así te ves adorable!—bromeó Matt, sabía que se refería a su pijama de Hora de Aventuras, y sonreí, al estar de acuerdo con el.
–Vete a la mierda, rubio.
Los ojos de el se clavaron como estacas encima de mí, yo solo lo observé extrañado por tal mirada—¿Qué le hiciste?
–Nada—encogí mis hombros para continuar con mi sorbo de cerveza.
–Está de mal humor.
–Siempre está así.
–Sabes a lo que me refiero.
Claro que sabía a lo que se refería, pero ahora mismo el que tenía cierta duda era yo. Suponía que todo esto era—de cierta manera—por lo que había pasado la noche anterior, que estaba más que claro que yo debía estar algo así como... ¿molesto?,pero al contrario, era ella quien parecía estarlo y no podía entender el porqué.
Quizás le molestó que por primera vez dijera lo que pensaba, porque sabía que no podía estar equivocado, no con eso, siempre había existido algo especial que nos conectaba.
Pero el mismo sentimiento de arrepentimiento de mi larga madrugada, lo sentía en ese instante. En mi interior solo cabía odio hacia a mi mismo porque para empezar nunca debí incumplir esa "última regla", que ya por hoy era inútilmente borrada. Me seguía culpando, aunque siempre supe que una tonta medida de convivencia no evitaría lo que había comenzado a surgir desde que la encontré esa primera vez en mi tienda.
Una delgada y muy baja rubia, se sienta justo en el centro de nosotros. Traía una de sus poleras kilométricas y otros de sus jeans igual de holgados, tenía la costumbre de combinarlos con medias de animaciones lo que me parecía curioso. Siempre la molestaba, aunque era una de las cosas que me gustaban de ella. Mientras las demás chicas buscaban combinar su ropa, y tener el conjunto perfecto, ella solo tomaba lo primero que veía y eso la hacía lucir como única.
Sus manos tomaron una de las botellas de la nevera, y sin más se la llevó hacia la boca.
–No deberías beber.
–No seas aguafiestas—hablaron del otro lado del sofá—Deja que sé de unos tragos con nosotros.
–No ha comido nada—le arrebaté la botella de sus manos, algo no muy cordial de mi parte. Ella antes de protestar, aún sin observarme, soltó un fuerte suspiro.
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Lila
أدب المراهقينLila Malley nunca había tenido la vida que tanto deseaba, y sus padres eran los verdaderos culpables de eso. Sus problemas la habían llevado a ser una discreta consumidora que a su debido tiempo provocó que sus sueños se desmoronaran y convirtieran...