Tenía pensando hacerlo en un extra pero no me aguanté así que decidí unirlo a este maratón.
Espero que disfruten de esta continuación
<3Maratón 3/3
Noah Kurbini.
Me besó.
Sus labios mojados por el agua estaban presionándose contra los míos. Mis ojos se quedaron abiertos al sentir el impacto, no esperaba algo así y si lo hacía no de esa manera. Con mucha torpeza tomó mi labio inferior y quiso besar de el, pero yo no me moví. Aunque mi cuerpo y mis impulsos querían seguirle ese beso, mi lado consciente me hacía ver lo mal que eso estaba. Mañana se arrepentiría, y no quería aprovecharme de su estado y menos de ella. Tomé con delicadeza su rostro, y la aparté de mi. Sonreí cuando vi sus labios hacia adelante aún cuando la había separado. Abrió sus ojos y se quedó observándome extrañada.
–Deberías bañarte—dije con una sonrisa.
Con sus cejas unidas acercó su nariz a sus sobacos y se olfateó allí, sonreí al darme cuenta de lo que hacía. Alejó su cara para volver a ponerla a la altura de la mía y movió su cabeza de un lado a otro en negación.
–No huelo mal—dijo, y sonreí al escuchar el tono de voz infantil que había utilizado.
–Lo sé, pero necesitamos bajarte un poco el alcohol de tu cuerpo.
–Oki.
Volvió a decir y comencé a reír tirando de su brazo hacia la sala para llevarla hacia el baño de arriba. Ella caminaba con pesar, sus pies apenas se movían bien. Escuchaba como balbuceaba cosas por lo bajo mientras íbamos llegando a la segunda planta. Antes de meterla a bañarse nos dirigimos hacia su habitación en busca de ropa cómoda—aunque toda la que usa lo es—para que pudiese dormir más tranquila. Con mi ayuda tomó asiento sobre el colchón y empezó a balancear sus pies que apenas llegaban al suelo. Abrí su closet en busca de alguno de sus enormes camisetas de bandas que solía usar para dormir, pero su voz me detiene en la búsqueda.
–¡Ese de ositos!—señaló uno de los tantos pijamadas que tenía doblados.
–¿Qué? ¿No prefieres este?—mostré una camiseta con el logo de Metallica, pero casi se le desprende el cuello al simular un gran "no".
–¡El de ositos!
Revisé rápidamente entre toda su ropa de dormir, hasta encontrarme con un pequeño jueguito de ositos por todas partes. Miré ambas partes de la prenda y la observé a ella, que asentía animada dándome su aprobación.
–Será este entonces...—tomé una bocanada de aire al pensar en la pieza que debía buscar—Mmm, Lila.
Hizo un pequeño ruido con su boca dándome su atención.
–¿Dónde tienes tu ropa interior?
–En el primer cajón de la cómoda—señaló con su índice en dirección en la que estaban. Mis mejillas se sintieron caliente al notar la naturalidad con la que había dicho eso. Tomé el agarre de esta, y al abrirla me sonrojé aún más cuando vi varias bragas y sujetadores, cogí el primero que vi y lo uní junto a su ropa de dormir.
Me volteé para entregárselo pero ella jugaba con la cola del felino que tenía por mascota. El Señor Gato se fue de su lado molesto por no dejarlo dormir y ella hizo otro puchero. Antes de que hiciera algo más le puse sobre sus muslos su ropa. Seguido la guíe por sus hombros hacia el baño y al tenerla delante de la ducha la dejé, sin antes preguntarle:
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Lila
Fiksi RemajaLila Malley nunca había tenido la vida que tanto deseaba, y sus padres eran los verdaderos culpables de eso. Sus problemas la habían llevado a ser una discreta consumidora que a su debido tiempo provocó que sus sueños se desmoronaran y convirtieran...