Epilogo.

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-No puedo...!No puedo mover mis piernas!- Grito ella, médicos llegaron para atenderle pero sus gritos de angustia se tornaron en locura y desesperación, ya no llegaron solo a tranquilizarla, llegaron para detenerle, lo que llego a esta cama fue mi hermana, lo que despertó ahora ya no era nada de mi familia. No podía creer el daño que una simple familia podía hacerle a otra persona,

-Vamos Suki-

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8 años después...

-¿Qué pasa?- Pregunte a Aang, hacía unos días que lo notaba algo centrado en ver por la ventana.

-Nada, pensaba que la tía Mai no ha venido a visitarnos en un tiempo- Respondió este, había crecido bastante en estos años y su intelecto era envidiable hasta para mí, un joven con una mente brillante y talento bruto que había sido forjado a la medida de mis expectativas.

-¿Tiene algo de malo?- Pregunte.

-Nada, solo que dijo que traería a la tía Lee-

Ty Lee se intoxico hace ya 8 años, una toxina desarrollada por la mafia, no letal en un consumo menor, pero ella no tomo en cuenta otros factores, quedo algo dañada pero en un estado moderadamente normal.

-¿Estas ansioso?- Pregunte mientras me levantaba de mi asiento.

-Un poco, ¿Cómo te encuentras tu?- Pregunto Aang, me ayudo a estar de pie.

-En gran condición si lo que quieres es salir un rato- Dije con una sonrisa.

-¿Enserio?- Pregunto emocionado.

-Si, ¿A dónde quieres ir?- Pregunte.

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-¿Por qué regresar a este lugar?- Después de muchos años, volvimos a esa casa donde todo empezó, ese fue el deseo de Aang, venir nuevamente a mi vieja casa de descanso.

-Me trae recuerdos, aquí fue donde nos conocimos- Comentaba Aang.

-En efecto, la ciudad ha cambiado un poco- Mire a los vacíos alrededores.

-Parece un lugar muy abandonado- Menciono este.

-Al menos esta área lo es- No había nadie, ni cuando llegamos encontramos a una persona.

-¿Por qué tanto interés?- Pregunte a Aang.

-Pasaron muchas cosas aquí y lo que mas quiero es solo despedirme adecuadamente- Dijo este haciendo una reverencia y dejando una pequeña mochila y una foto.

-Le das mucha importancia, aunque fue aquí donde estuvimos un tiempo...no me trae buenos recuerdos- Comente por las cosas que pasaron luego de todo ello.

-Comprare algo y nos iremos- Dijo Aang mientras iba a un pequeño local.

POV Aang

-¿Eres nuevo aquí?- Pregunto la chica que atendía en el lugar.

-Estoy de paso- Respondí mientras tomaba unas cosas.

-Ya veo, ¿Visitas a algún familiar?- Pregunto nuevamente, sonríe un poco, sin embargo me lucia familiar de algún modo.

-Vine con alguien, solo dejé unas cosas- Respondí sin darle mucha importancia.

-Entiendo, este lugar no es como antes- Comento ella con un tono algo triste.

-Eso veo, las cosas cambian- Respondí mientras tomaba mis cosas.

-Si, pero algunas personas nos quedamos aquí por nuestros negocios- Dijo ella.

-¿Mucha venta?- Pregunte algo desinteresado pero no quería sonar descortés.

-Algo, da para vivir, aunque el centro de la ciudad tiene mejor apogeo- Suspiré y con la intención de despedirme le dije.

-Ya veo, muchas gracias-

-Por nada Aang- Me detuve al escuchar que dijo mi nombre.

-...-

-¿Qué pasa?- Pregunto luego de que pasara un largo rato mirando a la chica en busca de recordar si alguna vez la llegue a ver.

-¿Le conozco?- Pregunte.

-Hace muchos años, pero no es algo que quiera recordar- Con mucha confusión le miro más de cerca.

-Ya veo...- Me rendir y me fui del local, la gente es muy extraña.

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-¿Quién vino aquí Suki?- Hablo una mujer quien estaba en una silla de ruedas.

-Nadie importante...Katara- Dijo Suki mientras observaba como Aang se alejaba.

-Pensé que había llegado mi hermano- Dijo una Katara muy perdida, con una mirada vacía.

-Aún no llega-

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POV Azula.

Nuestro pequeño viaje nos llevo al cementerio donde Aang conoció a mis familiares, el tío Iroh y el tío Zuko quienes por un accidente ya no formaban parte de nuestra vida o de la vida en general.

-Me hubiera encantado conocerte- Dijo Aang dejando unas flores y hojas de té en la tumba de Iroh.

-Seguramente le hubieras agradado- Dije con una sonrisa, el hizo una reverencia.

-El tío Zuko era algo raro- Un pequeño recuerdo paso por mi mente, ya no había familiares que quedaran conmigo, sea como sea ya no importaba.

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Los días pasaron luego de haber ido a visitar aquellas tumbas, Aang continuaba con sus estudios en casa, ahora vivíamos en un lugar mas nuevo, Mai arreglo todo y me dejo unas acciones, como agradecimiento le regale a Lee parte de eso, después de todo su vida ahora era más diferente que antes.

Aang era un prodigio hecho gracias a mí, sus logros me encantaban y su visión para el futuro era algo que esperaba que cumpliera algún día. El era parte de mi y lo que él había logrado me llenaba de orgullo, no era como padre y por ello me sentía feliz de que las cosas hayan resultado de esta forma.

Desde aquella lluviosa noche que el llego a mi casa y le dañé hasta la mente, pero al entender que el era un niño talentoso sin un maestro, decidí enforcar toda mi atención en explotar todo su potencial.

-Azula...- Me hablo Aang, le preste atención a su llamado.

-¿Qué pasa?- Pregunte mientras miraba como este tomo asiento frente a mí.

-¿Qué somos?- Pregunto el con un tono algo serio.

-Ahora mismo soy tu maestra- Le respondí mientras me servía algo de té

-Ya veo, pero y ¿si no quiero eso?- Alce mi ceja y le mire con intriga.

-Habla claro, eres listo- Le dije secamente, ¿A dónde quería llegar con esta platica?

-Solo quería saber...¿No somos realmente una familia?- Pregunto nuevamente, le di un sorbo a mi té

-Te salvé, eres como mi hijo, mi pupilo, mi aprendiz y mi mitad- Le dije posando mi mano sobre la suya.

-Ya veo, ¿sabes? Yo te quiero Azula, no como una madre o maestra, sino como una mujer- Explico con cierta pena.

-Lo es- Le respondí.

-¿Cómo?-

La respuesta siempre la he tenido, a su gran pregunta o incógnita sobre lo que sé que siente por mí, lo amo igual y solo espero el momento indicado para ello. ¿Por qué? Porque es mí.

Porque es míoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora