Porque es mío

Capítulo 8: Un invasor renovado.

En otro lado...

El clima había mejorado, sin embargo, el ambiente ahora era algo fresco por lo que tuve que llevar una chamarra para la noche, era esta temporada la cual ella se retiraba de la empresa, no había nada que preocuparse, pero ahora nuestro padre había hecho algo peligroso y debía tomar cartas en el asunto.

-Buenos días Zuko- Escuche que me saludaba la secretaria de mi hermana.

-Hola Lee, ¿Cómo esta ella?- Pregunte por ella, la verdad que la respuesta era evidente, seguro se había ido a su descanso de 6 meses.

-Bien, hizo una broma con una criatura o algo así- Aquello si era una novedad.

-Que novedad, siempre llama criaturas a los niños, supongo que jamás será madre- Comente bromeando, aunque ninguno de nosotros se rio.

-No...no quiero imaginarme eso- Ambos sentimos un escalofrió al imaginarnos a Azula siendo madre de un niño o niña.

-Como sea, ¿En que nos quedamos?- Pregunte por el estado actual de la empresa, aunque esa pregunta solo era de cortesía porque ella siempre manejaba las cosas con mucha precaución y orden.

-La conferencia que llegara en unos días- Expreso ella.

-Claro, me encargare de ello, me puedes mandar los documentos de la nueva adquisición de mi padre a mi correo, trata de no esforzarte de más- Mientras daba las instrucciones caminabas hacia el elevador, Azula tenía mi oficina en el piso intermedio de arriba, un lugar para no molestarla, aunque mi oficina real estaba en el último piso a pocos metros de la suya.

-Descuida, ¿Quieres que las lleve a tu oficina?- Pregunto Ty Lee, había mucho que leer y firmar, como odio que Azula me deje esos trabajos.

-Claro, también trae el itinerario- Suspire pesadamente mientras entraba al elevador. Si ella no estaba no era necesario tener que respetar el lugar donde estaba la oficina secundaria, es decir, podía ir a la del último piso donde los empleados no iban, solo el personal con tarjeta.

-Al carajo el trabajo- Dije para luego acorralar a Ty Lee contra la pared del elevador, no hubo objeción alguna de parte de ella, nuestras miradas chocaron y ambos sabíamos que queríamos del otro, la besé y al sentir sus labios también sentía la misma energía proveniente de ella.

-¿Cancelaras todo?- Me pregunto ella con una sonrisa pícara en su rostro.

-A la mierda el papeleo, quiero revisar otra cosa- Dije sonriendo mientras volvía acercarme a sus labios.

-En ese caso a la mierda el contrato- Ella me empujó hacia la oficina, en ese trayecto la ropa que estorbaba e iba quedando en el suelo.

.

POV Azula

Mi patio estaba limpio y mi piscina estaba impecable, el inútil estaba sentado en una de mis sillas, su mirada estaba perdida y evidentemente estaba quebrado, ahora solo faltaría hacer que obedezca y tendría un sirviente para estos 6 meses.

-Eres un sirviente ahora ¿Oíste?- Le dije al mocoso mientras chasqueaba los dedos.

-...-

-Espero sepas nadar- Empuje al mocoso a la piscina, mire como las burbujas salían estrepitosamente mientras observaba como el inútil se hundía, limpie la silla y tome asiento.

-Si rompes el cuerpo...¿Cuánto tardara el espíritu?- Me pregunte mientras miraba una de mis revistas.

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POV Aang.

Miraba el vacío, contemplando el poco conocimiento que aun me quedaba, la fuerza que aun conservaba era mas que nada para respirar, mi mente no podía darme instrucciones para moverme, pero para ser sinceros no quería moverme para nada. Aquí en lo profundo de esta piscina yo felizmente podría morir en paz.

-Si rompes el cuerpo...¿Cuánto tardara el espíritu?-

Esta loca, pero ya no importa, no tengo nada que luchar, mi vida se acabo y no tengo padres, ¿Por qué debo nadar a la superficie? ¿Qué sentido tiene? Quizás solo debo dejarme llevar, si soy bueno quizás pueda...

-Entonces...¿Te rindes?-

Si, esa chica esta y no puedo seguir de esta forma, soy una completa basura, no valgo nada...¿O sí?

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Sali al exterior y me sostuve la orilla de la piscina, estaba dispuesto a salir, trataba de subir al piso, mis piernas temblaban y mis manos igual, mi respiración era agitada, pero estaba empeñado en subir.

-Oh vamos, dale a mami un espectáculo-

Me quedé en la orilla de la piscina, recuperaba el aire y me puse de pie, no tengo mucha energía, pero estaba con fuerza suficiente.

-¿Y bien? ¿Qué harás?- Pregunto este mientras estaba sentada, escupí el agua que había tragado, ella se levanto y poso su pie sobre mi cabeza.

-...-