Cuenta la leyenda que hace cientos de años dos corazones se encontraron y aprendieron el verdadero significado del amor. Sin embargo, una fuerza oscura se opuso a ellos y los obligó a separarse de una forma trágica.
Ambos quedaron destrozados, pero...
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Ajax observó el collar que colgaba entre sus dedos, el dije de jade brillaba con los primeros rayos del sol que se asomaba en el horizonte y él suspiró antes de apretarlo contra su pecho con un anhelo que nunca creyó que sentiría. Quizá jamás entendería porque Zhongli tenía una fijación tan particular ante esta piedra, recordando la lanza que le regaló a Xiao ─según la historia que le había contado─ o la espada que guarda en una vitrina y que Lumine rechazó cuando este quiso entregarsela como muestra de agradecimiento por toda la ayuda que le brindo a Liyue; pero atesoraba el regalo que le dió el día que comenzaron a salir oficialmente. La brisa mañanera sopló, revolviendo su cabello y cerró sus ojos para disfrutar de los últimos rastros de gelidez nocturna.
Salir con alguien, aquello era algo que a su viejo yo le habría resultado ridícula y quizá se hubiera reído de tan solo pensar en ello, porque durante años se dedicó únicamente a la batalla, trazó su camino a base de eso y creyó que sería así por el resto de sus días. Amor, no era una palabra que estuviera incluida en su vocabulario si no se trataba de sus hermanos, porque ese tipo de amor y el que siente por este hombre, aunque iguales en palabra, eran completamente diferentes en todos los aspectos.
No sabe en qué momento ocurrió, pero amaba a Zhongli, quien lo había sujetado en sus manos para desconfigurarlo completamente y volverlo a armar y ahora, aunque no quisiera hacerlo, pasaba sus días anhelando verlo, estár a su lado y escucharlo hablar, porque amaba su voz, aunque muchas de sus historias sean aburridas.
Era ridículo, porque a penas había pasado poco más de dos semanas y si no fuera porque le hizo un juramento, hubiera dejado todo atrás para correr a sus brazos.
Estúpido Zhongli.
Su pierna se balancea al ritmo del trinar de las aves y sus ojos se abren finalmente para observar más allá de la llanura Guili y la costa Yaoguang. No lo admitiría jamás, pero Liyue era un lugar tranquilo y hermoso, era el lugar donde encontró un nuevo hogar.
Se mantuvo así un rato más, disfrutando de un nuevo día y la extraña sensación de tranquilidad que le brindaba su soledad.
─Childe. ─La voz de Lumine vino desde el balcón─. Es hora de partir. Baja ya, Xiangling nos ha preparado comida para llevar, si no te apresuras, Paimon se llevará tu parte.
Sonrió para sí mismo.
─Ya voy. ─Respondió.
La única razón por la cual Ajax había despertado mucho más temprano de lo normal aquel día, fue para desfrutar del agradable clima otoñal que tenía Liyue durante la noche y atesorarlo por el resto del día, porque ahora, mientras el grupo se dirigía a la ciudad, el calor volvía a ser insoportable. Él hubiera preferido que continuasen con su camino durante la noche, pero los demás se apusieron alegando que podía ser peligroso.
Finalmente, derrotado como estaba, siendo superado en número y recibiendo miradas de suficiencia, tomaron la decisión de pasar la noche en Wangshu y partir a primera hora. Había sido una buena elección, tenía que admitirlo, porque los hilichurls que aún rondaban en los alrededores seguían dormidos a esa hora y por mucho que a él le gustaría darles una lección, su deseo de llegar al puerto era mayor.
