Capítulo Treinta y tres.
Harry sentía que podía morir de aburrimiento, estar encerrado en casa no era de sus ideas favoritas para pasar el día. Ya había intercambiado cartas con sus amigos, ordenó su habitación, sin mencionar que ya había terminado sus deberes y los había mandado con Hedwing para ser entregados, no tenía ninguna otra cosa que hacer más que limitarse a existir.
—Tarta de melaza para el joven amo —Kreacher al parecer sintió lástima de su patético y deprimente ser.
—Gracias —murmuró con un humor levemente mejorado al ver el pequeño trozo de postre.
Claramente muy agradecido y conmovido por el gesto del elfo, le sonrió levemente antes de que éste desapareciera.
Harry observó con inclinación al postre. Su memoria comenzó a rememorar ciertos eventos, sin mencionar el más reciente que le hacía sonrojar.
Desde que era un niño recordaba como habían sido restringidos los dulces para él. Regulus y James habían acordado establecer una dieta balanceada en casa, conocían a la perfección el gusto de su hijo por la tarta y todo lo dulce disponible, sabían que si no le ponían un límite él sería capaz de vivir a base de lo que sea que tenga azúcar.
Raras veces y solo cuando él se veía deprimido y lamentable, Kreacher le daba un pedazo de tarta a escondidas de sus padres, según su lógica para que se animara un poco.
Era un lindo detalle.
Tomó el cubierto y se llevó una generosa porción a la boca.
El sonido del crepitar de la chimenea llamó la atención de Harry inmediatamente, ansioso por tener algo nuevo en que distraerse, internamente esperaba que la nueva visita se tratara de Draco, si ese fuera el caso podrían jugar un partido de Quidditch.
No pudo evitar sentirse decepcionado al ver la cabellera rojiza de su madrina.
Lily, por otro lado, estaba lo suficientemente exhausta como para percatarse de la desilusión en el rostro de su ahijado, lo saludó con un gesto antes de desplomarse en el gran sillón del lugar.
—¿Quieres que te traigan un poco de agua? —preguntó Harry al ver la respiración irregular y cansada.
Lily negó levemente.
—No es necesario, gracias. No hay que molestar al elfo, iré yo misma por ella —hizo a un lado los pergaminos que llevaba y fue directo a la cocina.
Cuando ella regresa, encuentra a Harry degustando la tarta con felicidad, como si fuera un gran regalo que merece ser apreciado. Hidratada y alejada de la persona que le causa jaqueca, Lily puede decir que se siente mejor.
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El Divorcio De Los Malfoy
FanficLucius y Narcissa, atraviesan el divorcio más dramático que el mundo mágico haya visto. Draco esperaba llevar aquella situación con mucha calma y madurez. No se imaginaba que las cosas se llegarían a complicar por la repentina aparición de una repor...