✨ Capítulo Veintitrés.

13.7K 1.9K 2.3K
                                    

Capítulo Veintitrés.

—Espero no interrumpir —se disculpó

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Espero no interrumpir —se disculpó. La chica Slytherin parecía avergonzada, y su disculpa sonaba sincera.

Pero Harry estaba a nada de decirle que en realidad si interrumpía, más se abstuvo de decir cualquier comentario, creía que si abría la boca; no dudaría en expresar aquellas palabras inexplicablemente groseras para él. 

Después de todo, no hacía ningún mal que la chica quisiera hablar con su acompañante. Pero sus pensamientos no coincidían en nada con aquel sentimiento extraño que sentía, algo que lo dejaba intranquilo de alguna manera.

—No hay problema —le sonrió de una manera tensa, aunque esa no era su intención—. Supongo que te veré mañana —le dijo a Malfoy.

No fue una pregunta, en absoluto no, verse todos los día ya era algo rutinario para ambos, pero por alguna razón quería dejarlo en claro.

—No llegues tarde mañana —le respondió en un tono de reproche, lo que hizo que por un momento se relajará.

Astoria se acercó un poco más. Harry volvió a tensar sus músculos, aquella sensación otra vez lo había invadido, ver a Draco sonreír de esa manera amistosa a la bella chica le causaba eso.

—Ya, nos vemos —se despidió, escuchándose más cortante y serio de lo que esperaba.

Astoria siguió con la mirada los pasos apresurados del Gryffindor, sus nervios eran tantos que no había percibido el cambio que había tenido aquel chico en reacción a su presencia, después de todo, se encontraba viendo a su objetivo.

Draco de igual manera no quitó su mirada de Potter hasta verlo desaparecer.

La castaña notó aquella leve e imperceptible preocupación en el rostro del rubio, estaba segura de que ni el mismo Draco se daba cuenta de eso. Pero Astoria no tenía tiempo para seguir con el rumbo de sus pensamientos, no con lo que haría a continuación...

Draco se dirigió a ella solo y cuando Potter había desaparecido de su vista por completo, el tener aquellos ojos grises mirándola tan intensamente logró ponerla aún más nerviosa de ser posible.

Necesitaba un último respiro para darse valor.

Harry, por otro lado, había llegado a su sala común más rápido de lo que hubiera creído. Algo en su movimiento corporal debió delatar su repentina frustración y malestar, porque enseguida su mejor amiga lo miró.

—¿Harry? —le hablo Hermione confundida por su repentina presencia—. ¿Sucedió algo?

Harry negó sin la necesidad de usar palabras. Sus pasos lo llevaron hasta los sillones frente a la chimenea, lugar donde procedió a descansar y despejar su mente. Contó mentalmente para tranquilizar su respiración, más su intento se vería frustrado por el bullicio de sus compañeros de Gryffindor, quienes estaban reunidos en un gran grupo; su emoción por el ajedrez mágico era demasiada, sus voces alcanzaban tonos demasiados altos para su gusto, sin mencionar a Hermione y el interrogatorio que vendría con ella. Respiró.

El Divorcio De Los MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora