Solo una noche. | vkook

Cap. 55

  Jungkook

  Tan sólo con tocarme el aliento se me  quedó atorado en ls garganta, mi pulso estaba más que alterado y mi respiración era un lío.

  No entendía nada, ¿qué diablos estaba haciendo?

  —¿Qué haces...? —no pude evitar preguntar con los nervios de punta, mi voz fue baja.

  Lo sentí alejarse haciendo que repentinamente mi cuerpo se sintiera frío, me abrase a mi mismo sin darle la cara, sabía que aún me miraba.

  —No eres mi persona favorita en estos momentos. —lo escuche decir a mis espaldas, su voz grave haciendo que mi pulso golpeteara con fuerza mi pecho.

  —Lo... lo siento —repetí con los nervios de punta.

  —Date vuelta y arrodillate. —Ordenó con voz dura.

  Y aunque el temor del que pasará me estaba consumiendo por dentro, había algo que me gustaba, nunca me habían visto como lo hacía él, por que aunque se veía realmente molesto, había fascinación en sus ojos. El como me miraba cuando volví a darle la cara hicieron que mis mejillas se sonrojaran, sus ojos no estaban en otra parte más que en mis los mios, no miraba nada más.

  Sus ojos seguían mis movimientos detalladamente, no fui capaz de sostener su mirada por mucho tiempo, y con demasiada vergüenza mire mis pies, cuando mis rodillas tocaron la alfombra mire mis manos, y repentinamente unas ganas de llorar embargaron mi pecho, la vergüenza y el arrepentimiento combinandose entre si.

  Y sin que lo esperara, estaba en cuclillas frente a mi, sentí una de sus manos tomar mi mentón suavemente haciendo que lo mirara, la forma en que me tocaba como si fuese algo frágil, hacía que el nudo de mi garganta creciera.

  —Eres hermoso.

  Su mano acaricio mi mejilla suavemente y trazó un camino hasta el inicio de mi clavícula, observó mi rostro de cerca con detalle, lo observe con confusión.

  —¿Qué es lo que vas a hacer? —pregunté en voz baja, note como miro mis labios y volvió a mirar mis ojos.

  —Quiero hacerte muchas cosas. —confesó soltando mi rostro.

  Volvió a ponerse de pie tomando asiento de nuevo mientras me miraba en mi posición.

  —Pero no se si sea correcto. —dijo sin mirarme— y todas las cosas que imagino hacerte, en cada una de ellas, gimes mi nombre.

  Mi respiración se cortó, no entendía por que la forma en la que me hablaba comenzaba a excitarme.

  —¿C-como qué? —me encontré preguntando con la voz temblorosa y el pulso palpitante con fuerza.

  —Ven aquí. —me ordenó palmeando sus muslos.

  Me levanté y camine con pasos suaves hasta él, sentí mis mejillas calentarse con tan sólo imaginarme desnudo sobre él.

  —Sientate. —exigió al verme dudar, y sin poder decirle nada, hice lo que me pidió.

  Con suavidad me acomode sobre el a horcajadas su erección aún podía sentirse bajo sus pantalones, con cada pierna a cada costado de su cintura, solté un pequeño jadeo cuando colocó sus manos en mi cintura y me subió más a él, me obligue a no tocarlo y con la vergüenza a flor de piel, hice todo lo posible para no mirarlo a la cara. Pero una suave caricia suave desde mi espalda baja hasta la mitad de esta me hizo contener el aliento.

   —Estoy tan molesto... —dijo recargando su frente en mi hombro, me sorprendí pero no dije nada. Estuvo así unos segundos en los que mantuvo el silencio.