Solo una noche. | vkook

Cap. 48

  Min YoonGi.

  2 semanas van de haber terminado a Jimin, sinceramente jamás había pensado que que romper con alguien y en especial con él, me iría a destrozar como lo hizo.

  Y me da vergüenza siquiera admitirlo.

  Sin quererlo me había vuelto dependiente de cierta manera a él, me había acostumbrado a sus llamadas cada 5 minutos con pretextos tontos, me había acostumbrado a una vez por semana (sin falta) después de clases ir a la pastelería fuera del Instituto para comprar sus galletas favoritas, a sus insistentes mensajes, a su forma infantil pero tierna de comportarse, y a su preocupación cada que estaba enfermo, ¡hasta extrañaba sus berrinches tontos!

  Jimin había sido lo que menos quería en mi vida pero que necesitaba sin darme cuenta.

  Y eso me estaba acabando de cierta manera.

  —Has terminado con él, entonces. —la sonrisa burlona no se hizo esperar después de sus palabras.

  —Supongo que no hay nada que no se te escape a ti. —el tono amargo no dejo mis palabras.

  Una carcajada rompió el silencio que había en aquella oficina.

  Mi hermano había llegado hacia unas semanas pero me había negado a verlo hasta ahora, aunque igual tardo en hablarme ya que estaba arreglando algunas cosas con inversionistas de la empresa de papá. No me sorprendió en nada cuando me aviso de su ubicación, la hora y el lugar en donde quería que nos viéramos.

  Suspire pasando mis manos por mi cabello peinandolo hacia atrás.

  —¿Qué es lo que quieres? —le pregunte directamente, alce la mirada encontrándome con él quien alzó una ceja, no estaba acostumbrado a que le contestará de aquella manera.

  Solía respetarlo mucho por ser mi mayor, pero eso había cambiado. Sabía que era un maldito hijo de puta.

  —¿Tanta prisa tienes, hermanito?

  Y eso era lo que más odiaba, siempre andaba con rodeos, yo no estaba para eso, estaba a nada de volverme loco con todo lo que se estaba avecinando, como para tolerarlo ahora. No estaba para sus juegos.

  —Seung, déjate de juegos. —dije después de un suspiro.

  —Veo que no estás de humor. —su tono burlón ya no me afectó.

  Lo vi levantarse de el sillón de cuero negro con tranquilidad, aquella que siempre lo había caracterizado, tomó un vaso de una de sus estanterías y una botella de lo que vi era wiscky.

  —Supondre que no quieres alcohol, ¿verdad? —la sonrisa que me regalo al momento en que camino de vuelta a el sillón me hizo apretar los dientes.

  —No. —casi escupí las palabras.

  Mis manos se volvieron puños mientras veía esa mirada que siempre había odiado en él.

  —Vayamos al punto. —dijo al fin mientras vertia el líquido en el cristalino vaso.— Tuve una reunión con los señores Kim. —me miro, guarde silencio reuniendo el ceño, no espero a que pensará demasiado en eso y prosiguió después de tomar un trago, recargo sus codos en sus rodillas— Seguro debes estar curioso sobre el tema, ¿sabes quienes son?

  La pregunta me tomo un poco desprevenido, pero me tome el tiempo de pensarlo, él solamente me miro, está vez, con seriedad.

  —¿No son aquellos de la cadena de hoteleria?

  Asintió rápidamente chequeando los dedos y recargándose por completo en el respaldar del sillón cruzando sus piernas.

  —Esos mismos.