VOLKACIO

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Horacio- giro mi cabeza hacía la derecha y la inclinó hacia arriba para verlo -Te amo- sonrió.

El se acerca más hacía abajo para poder empezar un beso lleno de amor y tranquilidad.

-Te amo Viktor- Se lo digo apenas nos separamos para seguir caminando por la orilla da la palya.

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Agarrados de la mano estábamos en un silencio tranquilo, venímos saliendo de Comisaria para ir a cenar a un restaurante.

Es ese típico silencio que no quieres que se acabe, que solo se escuchan las respiraciones, sintes tu corazón latir, escuchas lo carros derrapar, las luces de las farolas, solo el y yo.

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-Vikor para- No podía hablar la risa me interrumpía -Por favor- soltaba carcajadas.

Estaba Viktor encima mío haciéndome cosquillas, sentía que me faltaba el aire, lo veía desde abajo, su cabello blanquecino caía por enfrente, tiene una sonrisa que muestra sus dientes.

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Estamos los dos arriba de la cama, cada uno tenía una almohada, trataba de esquivarlas pero siempre predecía mis movimientos.

Me lanzo la almohada y caí acostado al colchón, se acostó a lado mío para tranquilizar nuestras respiraciones, entrelazo sus mano con la mía y me volteó a ver.

-Nunca te vayas- le regreso la vista

-No te vas a escapar tan fácil de mi- Le mostré una sonrisa compresiva y tranquila.

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-¿Que tal tu día?- Le pregunté mientras acercaba el tenedor con maruchan hacia mi boca.

-Meh- Me quitó el tenedor y se lo metió a la boca.

-Oye, eso era para mi- Le quité el tenedor, agarre más maruchan y se lo acerque a la boca -Este si es para ti- Nos sonreímos, mientras compartíamos nuestra maruchan.

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Estamos recostados en el sillón viendo anime, ya que le tocó a Viktor que veríamos esta noche.

La verdad no entendía nada, pero no lo cambiaría por nada, estar acostado encima de Viktor escuchando sus latidos, sentir su pecho subir y bajar, sus dos brazos enrollados en mi cintura, como si quisiera que nunca me fuera, tapados con una manta en el sillón.

Sin duda, no lo cambiaría por nada.

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- ¿Dónde vamos?- Tengo los ojos vendados, de verdad tenía mucha curiosidad.

-Que impaciente eres aveces solntse- amo ese apodo -Ya vamos a llegar- Concluyó.

Me dijo que tenía una sorpresa yo solo escuchaba los pájaros y el río sonar.

Nos quedamos quietos y me quitó la venda, me tarde un poco acostumbrarme a la luz, pero lo que vi me dejó sin habla.

Puso como focos al rededor sostenido de los árboles, una manta en el piso, había en el centro de la mesa de madera champagne, y al parecer filete.

Me volteó a verlo y le sonrió, me pongo de puntillas enredó mis manos al rededor de su nuca, el se acerca para besarnos.

El se separa y me quita los brazos retrocede 2 pasos y se agacha, pone un pie delante de otro, de su gabardina saca una caja de terciopelo.

-Horacio, Solntse, Cariño, eres mi felicidad, la persona que me motiva a levantarme cada mañana, amo despertar a tu lado, quedarme observandote, amo tus abrazos, no quiero separarme de ti, quiero formar una familia contigo, encmvegecer contigo, conocer a mis nietos, que mi ultimo respiro sea junto a ti, cuidarnos, déjame amarte hasta la eternidad- vi como le salió una lágrima -¿me harías el honor de casarte conmigo?- me abalanzó sobre el.

OneShots/GTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora