Picnic
Día 2Volkov preparaba lo necesario, iba a ayudar a su amigo, a Horacio un estudiante de fotografía que estaba escaso de ideas y este se lo había comentado.
Agarro unos libros para que su amigo tomara fotografías y el leyera mientras, preparo unos bocadillos simples.
Muchos dirían que estaba haciendo mucho por un simple amigo, pero ahí está la cosa, el era mucho más que un amigo, siempre hubo esa atracción entre los dos y ninguno se quería arriesgar a perder el otro y tal vez si perderían mutuamente si ninguno de los dos daba el paso que necesitaban.
Ellos eran los únicos que no se daban cuenta de lo mucho que se gustaban, el cómo se apoyaban, eran su lugar de escape, su lugar feliz, su zona de confort.
Para Viktor, Horacio es extraordinario en toda la palabra, él es un día soleado, te hacía sentir cálido, es una brisa fresca, es él aire que respira.
Es un amor joven, su primer amor, tal vez no sería el último o tal vez sí, el destino lo elegiría, pero si ahora tenían la oportunidad ¿por qué no tomarla?
Salió de su habitación y cuando llegó afuera Horacio ya lo estaba esperando en ese carro nada moderno y descapotable, se acercó y en la parte trasera dejó la canasta junto la de H, se puso en el lado de copiloto y apenas ponerse el cinturón de seguridad siento el motor sonar para luego empezar el movimiento.
-Hola Vik.
-H ¿Qué tal?
-Ahora todo está bien -sintió su estómago se revolvió cuando H le dedico una sonrisa radiante- Gracias por acompañarme y por la idea.
-No es nada.
En la radio se escuchaba muy baja así que con su pálida mano le subió escuchando la melodía inundar el ambiente. Cuando llegaron a carretera H subió la velocidad sintiendo el aire contra mi rostro, me sentía libre, empecé a mover mi rostro conforme al ritmo de la canción a la vez que la cantaba "Sweater Weather" y podía decir que me sentía identificado ahora mismo con esa canción.
Gire mi rostro hacia Horacio y lo encontré observándome, me sonrió y el volvió a mirar al frente mientras el me acompañaba cantando, pero yo no deje de mirarlo, su piel Morena parecía brillar, el paisaje a su al rededor, su mirada única y no sólo por la heterocromía también por el brillo único que tenía. Se veía que estaba disfrutando esto al igual que yo, solamente éramos nosotros dos y no me importaría que fue así.
En algún momento el carro se detuvo y nuestras miradas colapsaron, no pude evitar sonreír, el tan solo tener a Horacio junto a mí era algo que me hacía sentir ligero y feliz, como si de una droga fuese.
Entre los dos bajamos las cosas y las acomodamos entre conversaciones absurdas y menos de lo esperado todo estaba en orden mientras yo leía en el cómodo ambiente y Horacio hacia arte con una cámara, bueno leía porqie en el momento que escuche el sonido de una foto tomada gire mi rostro viendo a Horacio con una sonrisa como si hubiese hecho una maldad y la cámara a sus espaldas. Me había tomado una foto.
-Eres una buena musa, deberías dejar que algún día te tome fotografías.
-Pensé que no te gustaba hacerlo a las personas.
-Tienes razón, siempre suelen salir muy rígidas e inexpresivas o salen muy forzadas, pero tú, tu no, tu sabes tranquilo y transmites tranquilidad -se acercó sentándose enfrente mientras agarraba un pedazo de mango- Te soy sincero, no es la primera foto que te tomo hoy.
-¿Hoy? ¿Me sueles tomar fotos?
-Así es, sé que si te lo pido te vas a negar, pero no te preocupes las imágenes solo las veo yo.
-¿Cómo un psicópata?
-Exacto, tu entiendes.
-Venga, comamos, que ya es tarde, luego me tienes que enseñar las fotografías.
-Claro, solo le hago unos retoques, sales bien.
-Solo me lo dices porque soy tu amigo y me quieres.
-Yo no miento, y nunca te mentiría a ti, nunca a ti.
Un silencio nada incómodo los inundó mientras comían, cada uno de ellos estaban en sus cosas mientras comían, a veces se acercaban mariposas o abejas rondando sobre o alrededor de ellos. Cuando terminaron él se recostó en la manta sintiendo después un peso ene sus muslos por la cabeza de H.
Le acaricio la cresta sintiendo la suavidad de esta hasta que la mano fue sentada por la mano de H que la agarro para entrelazarla, bajo el libro y miro a Horacio que lo estaba observando igual.
Horacio se recompuso y se costó a un lado quedando cara a cara, no era la primera vez que se acostaban juntos, pero nunca iba a más, cerró los ojos ante el tacto de la mano ajena en su mejilla sintiendo esta acariciarle, cuando sintió un aliento sobre su rostro abrió los ojos viendo que estaban muy cerca, pero en ningún momento se alejó, al contrario, se acercó, y sus alientos se entrelazaron, hasta que los labios se juntaron en una caricia suave para los labios ajenos.
Se alejaron y H se puso en su pecho, tenía miedo que escuchara su acelerado corazón, sentía que se podía morir ahora mismo y lo haría feliz.
En esa posición Volkov volvió a la lectura mientras sentía la respiración tranquila de Horacio, sintiéndose pleno.
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OneShots/GTA
FanfictionNo hay escenas +18 pero en mi perfil pueden encontrar uno donde si están:)