Volkacio

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Día 7
Último día en la Tierra/Último día de vida.

Cada cierto tiempo en la tierra había un borrón y cuenta nueva, la gente solía desaparecer para darle oportunidad a una nueva generación, si eres creyente, a una nueva Eva y un nuevo Adán, para empezar de 0, no sabías si era doloroso, a donde irías, si seguía algo de eso, no sabías nada, solo podías esperar que no fuera doloroso.

Viktor y Horacio sabían perfectamente lo que pasaría, no estaban alarmados, siempre lo tuvieron presente, acostados en la cama Viktor lo observaba dormir, Volkov acariciaba la mejilla de este, desando que ese momento fuese eterno, que pudiera sentir la calidez de Horacio a su lado, era como una droga que lo tranquiliza, el tener a Horacio junto a él es lo mejor.

Si había una vida después de esta Volkiv se encargaría de buscar a Horacio y hacer todo totalmente diferente, pues por su culpa no aprovecharon todo su tiempo, pero ya no podía hacer nada así que echarse culpa no serviría de nada.

Estaba agradecido que la vida le haya dado la oportunidad de conocer a tal ser de luz, Horacio es mucho para este mundo tan podrido, tan vacío, tan egoísta, pero a su vez, estaba enojado con esta misma, pues le quitaba la oportunidad de estar más tiempo con el amor de su vida.

Le dieron unas ganas tremendas de llorar, no tuvo el tiempo suficiente para pasarlo con Horacio, lo tientan todo menos tiempo, en su garganta se formó un nudo y la presión en el pecho aprecio, si había una vida después ruega a lo que sea que exista que el y Horacio se vuelva a reencontrar, que tengan la oportunidad que no pudieron en esta.

Una lágrima escurrió por su mejilla y una mano la limpió dándose cuenta de que Horacio tenía los ojos abiertos y le veía con tanto amor y preocupación.

-Vik, no te preocupes, lo único que quiero es pasar este día contigo, y lo último que quiero es verte triste -Horacio le acariciaba la mejilla, cerró los ojos disfrutando de la suavidad -Te amo tanto.

En su estómago sintió un revoltijo, esas dos palabras tan sencillas hacían que su mundo diera un giro, abrió los ojos y no dudó en lanzarse sobre Horacio siendo bien recibido con caricias en la espalda.

-¿Qué quieres hacer hoy, soltnse? -su voz salía ahogada. Aspiro el aroma tan único inundando sus pulmones de este.

-Nada, quiero estar así ¿tú querías hacer algo?

-No, también quiero estar así todo el día.

El cuarto estaba en silencio, las respiraciones son calmadas, esperaban su hora, se observaban a los ojos transmitiendo el amor del mundo.

De vez en cuando se daban besos, el silencio es tan cómodo, tan relajante, tan único, un silencio que quieres disfrutar, que aunque la habitación esté en silencio no te sientes solo.

Encendió la televisión poniendo la primera película que se programó, esta vez Horacio puso su cabeza apoyada en el pecho de Viktor, escuchando sus latidos, exteñaria ese sonido.

Y allí en esa habitación se desvanecieron dos cuerpos, pues las almas aún seguían juntas en un mundo más allá que nuestras capacidades no son capaces de ver o de sentir, su amor es tan grande que se necesita más que un fin del mundo para separarlos.

OneShots/GTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora