Le bastó una sola noche de películas y juegos a Eva para que se vuelva loca.
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Eva Ademaro, estudiante normal, con normales amigas y normales costumbres. Todos los fines...
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Eva
El cuerpo de Esther estaba allí tirado, no podíamos pensar en nada, no sabíamos cómo reaccionar, que hacer, que decir. Como íbamos a explicar que un espíritu me había poseído porque hace unos días habíamos jugado un juego "paranormal" y ahora este espíritu/demonio/fantasma o lo que sea quería matarnos. Lo peor es que ella debía tener mis huellas, mi cuerpo había sido el arma homicida.
Ambas nos veíamos nerviosas, sabía que pensaba lo mismo que yo, pero en ese momento, no sabría si decir que sentí pánico o alivio cuando un profesor entro en el baño diciendo que había escuchado unos gritos y quería asegurarse que todo estaba bien, pero todo eso se fue al carajo cuando se dio cuenta de que en ese baño había dos chicas llorando con un cuerpo sin vida a su lado.
Nos miró por encima, sin acercarse, sin mover ni un solo pelo, para saber si habíamos sido nosotras, viendo si teníamos alguna señal de pelea, sangre o lo que fuera, pero ambas estábamos totalmente limpias. Inmediatamente nos corrió de allí y llamo a las autoridades del colegio junto con una ambulancia y la policía para investigar que había pasado.
La policía había llegado muy rápidamente y la escuela ya era un enjambre de personas alrededor de la escena esperando saber que había pasado como para que la policía venga. Y en cuanto la policía revisó el cuerpo y la escena del crimen pidió hablar con nosotras, lo único que dijimos era que habíamos ido al baño para perder la primera clase, ella había ido antes, ya que nosotras pasaríamos por algo de comer, y cuando entramos habíamos encontrado su cuerpo allí. La policía nos dejó como sospechosas hasta que analizaran el cuerpo, temía terminar tras las rejas por algo que yo no había hecho, por lo menos no intencionalmente.
Cuando nos dejaron salir vimos que estaban Rapha y el resto de los chicos allí esperándonos con los brazos abiertos para llorar todos juntos y poder contar la verdadera historia.
—Creo que antes de contar algo deberíamos calmarnos y saber que todo esto es provocado por esa porquería de cosa que nos está persiguiendo, nada de culpar a nadie ¿Entendido?— dijo Franziska mirándome de reojo
—¿Pero qué paso ahí dentro?— preguntó Armando
—Fue María, me poseyó de nuevo— dije mirando a Stefan y Armando —pero esta vez sí logro lo que quería... Matar a alguien, a Esther
Comenzamos a contar la verdadera historia dando algunos sollozos entre medio, teníamos que calmarnos así que me ofrecí a comparar algo para tomar, también aprovecharía ese tiempo para estar sola, necesitaba pensar en lo que había pasado, no podía creer que aquello había pasado en el baño de la escuela junto con Franziska presente. Es una imagen que nunca podría olvidar.
Volví rápidamente con la pequeña compra que había hecho, Franziska era la más afectada, y me preocupaba que estuviera tan pálida, sentía que en cualquier momento se desmayaría así que le extendí un caramelo para que su azúcar subiera
—Gracias Eva— me sonrió y yo le devolví la sonrisa
Luego de un necesario desahogo por parte de todos, cada uno se fue a su casa o donde tenían que ir, pero antes de irnos Nath nos paró a todos.
—Chicos, chicos, creo que antes de irnos deberían ver esto— señaló un auto en particular
Y en el vidrio trasero del auto de Rapha se podía ver perfectamente escrito con lo que esperaba que fuera un marcador rojo.
"10 – 1 = 9"
Todos estábamos asustados, pero sabíamos a la vez lo que significaba...
Junto con Franziska vimos por el reflejo del auto como la policía nos llamaba para llevarnos a la comisaria, por lo que asustadas fuimos detrás de aquel hombre con quien nos quedaríamos hasta que se dé un veredicto por mínimo que fuera.
Para terminar, según la evaluación forense, habían determinado que la fuerza con la que la habían matado era superior a las que Franziska o yo podríamos tener, luego nos comentaron que habían encontrado huellas nuestras en su ropa pero eso no era prueba suficiente para incriminarnos porque éramos sus amigas y no era extraño que tengamos algún contacto físico, tampoco había señales de resistencia o pelea por lo que no lograron encontrar un culpable, así que estábamos exentas por el momento, pero aún seguíamos bajo vigilancia.
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Mientras que por otro lado la pareja de Simon y Thea no tuvieron suerte, en camino al apartamento de Simon escucharon detrás de ellos un llanto, se voltearon pero no encontraron a nadie, siguieron su paso con un escalofrío que les recorría el cuerpo pero siguieron hacia delante sin detenerse.
El viento comenzó a ser más fuerte, las luces de la calle titilaban debido a ello, los árboles hacían más sombra de lo normal y el ambiente se volvía a sentir totalmente gélido y pesado. Se miraron entre los dos y lo único que se les ocurrió hacer en ese momento era abrazarse y rezar para llegar sanos y salvos a su casa. Caminaron un buen tramo, pero al poco de llegar a su casa empezaron a escuchar una música, como si una niña pequeña estuviera cantando detrás de los árboles. Simon y Thea se miraron asustados y se dieron un beso, rogando que ese no sea el último.
—"1...2...3... Aquí voy"
Se acurrucaron ambos esperando que eso solo sea una pesadilla como las anteriores veces, pero ya sabían que después de la primera muerte, solo vendría una gran ola que arrasaría con ellos.
—"4... 5... 6... Estoy a mitad de camino"
Se tomaron fuerte mente la mano
—"7... 8... A tus espaldas estoy"
Y del medio ambos tomados de las manos comenzaron a correr, desesperados viendo que tenían a pasos la puerta.
—"9... Tu peor pesadilla soy"
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A la mañana siguiente una vecina que volvía de su turno nocturno en el hospital se encontraba con dos jóvenes clavados por una máquina de construcción a solo pasos de la puerta de su edificio. Un grito de horror despertó a varios vecinos de alrededor llamando la atención. Pero lo más espeluznante de la escena era que en la puerta del edificio, a solo centímetros de los cuerpos estaba escrito.
