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Eva

Con Nathaniel seguimos así durante toda la tarde, hasta que escuchamos un ruido abajo, los chicos. Nos cambiamos con desesperación mientras escuchábamos los pasos por la escalera y las voces de Stefan y Marina.

Cuando entraron Nath estaba apoyado en el sillón con su celular y yo tirada en la cama.


—Díganme por favor que no estuvieron haciendo nada durante toda la tarde— sentencio Stefan

—En definitiva amigo mío— agrego riendo Nath

—Escuchen tengo una idea— dijo Marina cortando la anterior conversación –Una pequeña fiesta, como en los viejos tiempos

—¿Nos estás llamado viejos Mar?— dije fingiendo estar ofendida

—Si Eva, tienes 19, estás poniéndote cada hora más vieja y se te llenara el cuerpo de arrugas— dice tirándose encima de mí para hacerme cosquillas

—¡VÉTE!— dije entre risas

—Pelea de chicas, esto me gusta— cometo Nathaniel sonriendo y recibió un golpe en el brazo por parte de Stefan

—Baboso


Marina dejo en pausa la guerra para ayudarme a salir de la cama y arreglar mi cabello


—¿El resto?— dije dirigiéndome a los chicos

—Armando esta abajo con Raphael, pasamos por el supermercado antes de venir, así que supongo que están abriendo las cervezas— respondió Stefan

—Entonces hay que ir antes de que se tomen todo— agrego Marina, tomándome del brazo para llevarme hacia la cocina donde nos encontramos con el par

—Hola— saludé algo incomoda a Raphael

—Hola— me respondió bajando la mirada

—¡ATENCIÓN!— gritó Armando parándose en una silla pegándole a una sartén con un palo de madera llamando la atención de todos –Esta noche vamos a divertirnos, y como primera y única regla es no hablar sobre "ESE" tema— dijo mirando detenidamente a Raphael –Así que por el poder que me concede esta deliciosa cerveza, yo declaro el comienzo de esta fiesta— terminó levantando su botella esperando que todos copiáramos el gesto y eso hicimos


Horas después ya eran la una de la madrugada y habíamos acabado con la ración de cervezas, así que continuamos con los tragos más fuertes, también la música estaba alta y habíamos atenuado las luces de la casa dejando un ambiente nocturno.


—Tengo un juego— grito Marina desde el sillón de la sala –Tengo un juego en el celular, parecería como un verdad o reto, pero no lo es, aún no lo entiendo del todo— dijo tambaleándose hacia nosotros y apoyándose sobre mí –sería divertido— todos asentimos con la cabeza y fuimos hasta el medio del salón para sentarnos los seis en círculo –Chicos, no puedo escribir sus nombres, me salen letras raras

MARÍA SANGRIENTA©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora