Eva
Desperté en la camilla de un hospital sintiendo un horrible dolor en mi cabeza y uno mayor en mis costillas, no sabía qué hora era e incluso si había pasado más de un día del accidente, la sala era pequeña y tenía una cortina a mi lado, supongo que mi habitación es compartida con alguien, las paredes eran del típico blanco, junto a mí tenía una pequeña máquina que media mis latidos, también tenía incrustado un suero que me proporcionaba alguna solución de la cual aún no tenía idea, y lo único que decoraba el lugar era una mesa que se encontraba en la esquina visible para mí junto con unas flores quizás de plástico. También había una silla a mi lado donde pude identificar a Rapha durmiendo plácidamente con su cabeza entre sus brazos apoyados en mi camilla, se lo veía tan tierno.
Mire la hora en un reloj que había colgado por encima de la puerta y marcaban las doce y media de la noche, así que no quise despertar a Rapha para que pueda seguir descamando, pero parece que mis movimientos lo alertaron. Se levantó rápidamente para mirar a su alrededor hasta que su vista se fijó en mí y me sonrió aliviado.
—Al fin despertaste— suspiró aliviado
—Qué día es hoy?— pregunte dándole un beso
—Solo paso un día desde el accidente ¿recuerdas algo?
—Imposible olvidarlo, sentí como me empujaban a la calle cuando iba camino a mi casa, no quiero creerlo, pero sé que fue ella— comente asustada mirando hacia todos lados – ¿Cómo está el resto? Por favor dime que no pasó nada más desde el accidente— terminé intentando sentarme pero rápidamente mis costillas punzaron y eso dolía como el infierno
—No hagas esfuerzo por favor, te rompiste dos costillas, y hablando de los chicos no les paso nada— dijo tomándome de la cintura delicadamente para acostarme sin que yo tenga que hacer mucho esfuerzo
—Señor— dijo entrando lo que parecía una enfermera —es hora de que se vaya, la hora de visitas ha terminado hace media hora y si lo ve algún médico lo van a echar a patadas— dijo lo último riendo –lo dejo ir sin ninguna advertencia porque ya veo que ella despertó, puede saludarle e irse
—Lo siento linda, ya escuchaste
—No te hagas problemas, estaré bien— dije viéndolo a los ojos, los cuales estaban llenos de preocupación, sabía en lo que estaba pensando, él tenía miedo que estando sola ella llegaría a intentar terminar con lo que había empezado en el cementerio
—Tienes tu celular, lo cargué para que me puedas llamar por cualquier emergencia— dijo dándomelo y depositando un beso en mi mano –sabes que te quiero muchísimo, No?
—Claro que lo sé, yo también te quiero un montón, ahora ve que la enfermera ya nos está espiando— agregué riendo
—Te quiero, adiós— Rapha dijo sus últimas palabras y paso la puerta dejándome sola en la habitación a excepción del extraño que tenía a mi lado
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MARÍA SANGRIENTA©️
KorkuLe bastó una sola noche de películas y juegos a Eva para que se vuelva loca. * * * * Eva Ademaro, estudiante normal, con normales amigas y normales costumbres. Todos los fines...