C . 13

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Eva

Después de calmarme de aquella risa, sentí pasos detrás de mí, me di la vuelta sintiendo una bolsa en la cabeza, desesperada comencé golpear a todos lados, hasta que el aire no llegó más a mis pulmones, dejándome vagar en una oscuridad sumamente profunda.

Cuando me quitaron la bolsa de la cabeza me encontré con un Raphael muy enojado.


—¡DÉJALA CARAJO!— gritó él zamarreándome

—Ra...pha, so...y yo— hablé con la voz entrecortada

—¡NO TE CREO!— gritó con aún más fuerza aventándome contra una pared

—Hey amigo deberías parar, ya volvió— dijo Nathaniel intentando detener a Raphael tomándolo por los hombros, el cual se había puesto muy violento, pero este se soltó

—¡VAS A DEJARLA AHORA, ME ESCUCHASTE!— dijo tomándome del cuello

—¡RAPHAEL! Carajo soy yo, suéltame— dije comenzando a enojarme con él

—¡NO TE CREO!— dijo cerca de mi cara

—¡BASTA!— dijo Marina dándole un puño en su cara

—¿¡Es serio se creen esta actuación!?— Dijo Raphael desesperado –Esa cosa va a vivir dentro de ella hasta que muera probablemente

—Y qué ¿vas a matarme?— dije soltándome de los brazos de Marina para enfrentarme a Raphael

—Si es necesario para salvarte, si— dijo cortamente –No voy a permitir que sigas matando Eva


Quede allí, parada en medio de la sala, rodeada por Raphael, Armando, Stefan, Marina y Nathaniel. Armando puso una mano sobre mi hombro y parecía estar a punto de hablar, pero el que no me esperaba que estallara de esa forma fue Stefan.


—Perdona Eva, yo sé que no er...— Intentó decir Raphael pero se quedó a medio decir por un empujón que le dio Stefan

—¡ES TU PUTA NOVIA Y AMIGA! ¡CARAJO! Si quieres sacar a relucir que ese espíritu de mierda está utilizando a Eva para matarnos adelante, hazlo, pero bien, no culpándola como si ella de verdad quisiera hacernos daño, porque todos bien sabemos que ella no quiere. No puedo creer que en todo este puto tiempo el que se volvió loco eres tú y no ella por soportar todas estas cosas, deberías acompañarla, ayudarla, no volverte loco y paranoico... Dios viejo, vete, tomate algo, relájate, piensa y hasta mañana no vuelvas— dijo señalado la puerta –no podemos culparnos las cosas, en sí todos somos culpables y responsables de esto, vamos viejo, solo vete


Raphael me miró con arrepentimiento y se largó sin decir palabra alguna.

Sabía que después de esta pelea no podría estar en su casa así que decidí quedarme allí. Stefan y Armando dijeron que ellos se irían a su casa y Marina debía quedarse con su madre, así que Nath se ofreció a cuidarme por cualquier cosa que pasara. Me fui a la habitación que antes era de mis padres, saqué una lona que cubría el colchón, estaba tan cansada que no quería poner las sabanas, pero entró Nath con varias sabanas que había encontrado en el lavadero. Me ayudo a tender la cama y dijo que él dormirá en el sofá que había en el cuarto para no perderme de vista. Y con lo cansada que estaba ese día, solo me deje caer a los brazos de Morfeo.

MARÍA SANGRIENTA©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora