Capítulo 17 - Déjame saludarte

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Los latidos de su corazón al igual que su respiración están completamente agitados; pasan unos minutos para que nuestras respiraciones se normalicen y así poco a poco voy soltándola.

Al vestirme caigo en cuenta de lo mierda que fui

¿Cómo fue posible que me dejara ganar del maldito impulso y no me cuidé?

Será que si le pregunto ¿se molestará?

¡Dios!

¿Por qué se hace tan difícil las cosas con ella?

Abrocho los pantalones y levanto la mirada, encontrándome con su mirada fija en mí

- Dilan dime que aunque eres un promiscuo sinvergüenza, no tienes ninguna E.T.S; por favor – me dice y eso me ayuda a suspirar de la tensión que cargaba

Gracias a Dios empezó la conversación incomoda ella y no yo

- No Vallolet – le respondo – siempre me cuido además de hacerme los exámenes de rutina y a decir verdad estas cosas nunca me pasan – digo y ella me mira de manera extraña

¡Oh vamos!

- ¿Qué cosas no te pasan? – me pregunta bajando del escritorio

- Nunca pierdo el control de mis acciones por lo que siempre hago uso del preservativo

- Y entonces, ¿qué te pasó hoy? – pregunta esta vez con una sonrisa malvada

- Ni yo mismo lo sé – respondo mientras termino de colocar la camisa, la veo ponerse el vestido; después de un momento se coloca frente a mí con las manos en la cadera

- Me devuelves mi pantis, por favor – pide y sonrío

- No quiero – digo sonriendo, me acerco a ella y le robo un beso

- Déjate de tonterías Dilan – dice rodando los ojos – ¿Qué se supone que vas hacer con una panty usada? – pregunta cruzándose de brazos

- Quizás recordarte – digo encogiéndome de hombros – me queda como regalo ya que no llegaste a mi fiesta – digo y ella voltea los ojos en señal de fastidio

- ¡Ey cálmate!, si llegué pero no te vi por ningún lado

- Aja, ¿por qué no me cuentas una de torero? porque esa no te la creo – digo sarcásticamente

- Es enserio – responde – llegué, subí al palco y por más que te busqué, no estabas al igual que tampoco estaba Paola por lo que asumí que se había cancelado o algo por el estilo – dice y frunzo el ceño – de hecho cuando iba saliendo hubo como una pelea porque los de seguridad sacaron a un chico a rastras, después de eso me subí al auto y salí

- Y estás aquí

Ella asiente en risa – porque una amiga me llamó que quería hablar conmigo y terminé volviendo a este lugar porque deseaba tomar, de hecho está esperándome en la barra – dice todo con tanta seguridad

Seguro llegó cuando estaba hablando con Isabel

- Ok, te creo pero solo puedo devolverte la pantis con una condición – digo y ella queda a la espera a que continúe pero, lo que hago es acercarme a ella y me encanta que no la intimido porque no retrocede

Tomo su cuello y empiezo a besar la zona, ella se estira dándome más acceso – quédate conmigo – pido

- Me parece un buen arreglo – responde mientras sigo dejando besos cortos por su cuello – un par de tragos y luego puedo irme – dice

Frenesí en la Perla IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora