Epilogo

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Ese día llegó a la clínica el paciente que ella había esperado desde que le habían avisado del accidente.

El panorama no estaba bien desde sus conocimientos médicos; su cuerpo no reflejaba que despertaría.

Los días habían pasado y él no reaccionaba.

Las cosas a su alrededor estaban en tensión; herencia, pleitos, demanda, depresión y desesperanza.

Todo la mantenía preocupada, quien no podía mencionar nada hasta que el paciente despertara o pondría en riesgo su vida.

Ella lo entendía y esperaba que las demás también lo hicieran.

El aparato en su pantalón sonó, aquel sonido que esperaba escuchar desde hace semanas, señal que venía de su prometido a respuesta de la habitación secreta perteneciente al paciente incognito de la clínica.

Entra y lo que primero ve, es a su prometido sonriendo; voltea sin poder creer lo que ve, cae de rodillas mientras una lagrima recorre su mejilla al escucharlo hablar por primera vez.

—Voy a ser papá

Frenesí en la Perla IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora