Dos semanas han pasado y Paola no ha podido concretar cita con la abogada, hemos estado tan metido entre el trabajo y los problemas por resolver que no me ha dado tiempo de ver siquiera a Isabel, ni me ha dado tiempo para volverme a encontrar con la linda Mariana.
La oficina me ha tenido tan absorbido que mi sexo se ha limitado a Laura y siento que ya necesito una escapada o voy a enloquecer de tanto estrés; miro mi reloj y veo que son las tres de la tarde y recuerdo que Mariana me dijo que descansa los sábados, así que decido llamarla.
—Hola bonita —digo cuando escucho su respiración al otro lado del teléfono
—Eh....hola —responde—, disculpa ¿Quién habla? —Uhh, golpe bajo Dilan, pienso para mí mismo.
—Te habla Dilan bonita, no me digas que ya te olvidaste de mi —Al decir eso la escucho reír.
—No como crees, solo que tuve problemas con mi celular y perdí los números de teléfonos recientemente guardados.
—Y cuéntame ¿qué planes tienes para hoy? —pregunto—, te invito un par de tragos ¿Qué dices?
—Rico —Sonrío—, ¿a qué hora y donde nos vemos? —Me pregunta y eso me encanta en una mujer, siempre dispuesta a pasarla bien.
—Si me pasas la dirección pasó por ti en estos momentos
—No es necesario, solo dime dónde y yo llego hasta allá
—Bien, ¿qué te parece el lugar a donde te llevé la vez pasada? o no se dime tu qué lugar te gustaría
—Me parece bien ese lugar, pero... ¿si está abierto a esta hora?
—Claro, está abierto desde temprano
—Perfecto, ¿qué te parece si nos vemos en una hora?
—Bien, ahí te veo —digo y cuelgo la llamada
Una hora más tarde me estaciono en la Cueva y cuando bajo de la camioneta veo llegar un taxi de donde baja la linda Mariana, me acerco a ella y saludo.
—Que puntual eres
—Cualidades de toda la vida —dice sonriendo
—Bueno, entremos —Seguimos al lugar, ya adentro empezamos a tomar y a conversar, sin darme cuenta de que han pasado un par de horas.
Mi celular suena y respondo sin ver el identificador; Mariana suelta una carcajada al ver que se le derramó su trago, niego, pero eso me hace reír.
Despego el celular de la oreja al escuchar al otro lado de la línea un grito
¡Rayos!
—¿CON QUÉ ZORRAS ESTAS? —Al instante caigo en cuenta de que es Laura
¡Mierda!
¿Cómo soy tan estúpido de no ver el puto identificador?
Le hago señas a Mariana para retirarme un momento y me aparto de la mesa
—Laura deja la histeria, estoy tomando una cerveza con Isa —digo sin darle importancia al asunto.
—A mí no me jodas Dilan, no estas con ella —habla enojada y dramáticamente.
—Si lo estoy, ¿qué quieres que te la lleva hasta tu casa para que huelas su aliento y sepas que si estamos tomando? —pregunto sarcásticamente—, ¡por Dios Laura! deja la paranoia.
—Sabes que —Hace una pausa mientras respira—, sí, tráela y quiero verla, pero ya.
Está loca
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Frenesí en la Perla II
RomanceDilan Susext, el maldito hombre más deseado de la ciudad La Perla, ¿Fetiches?, mujeres rubias, ojos claros, delgadas, y modelos. Miembro propietario de la compañía familiar de entretenimiento más grande del país; S.S.T. Entertainment. Todo resultab...