Capítulo 13

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Perdón por la demora.

Mil gracias por sus comentarios.

Enjoy...


Superficialmente el orgullo se denomina como un exceso de confianza en una persona. Hablamos de soberbia, de presumir lo invencibles que somos e incluso olvidamos que existe un Dios que es capaz de aún más. Sin embargo, esa no es la clase de orgullo que se pierde cuando te rompen el corazón de una manera que hace sentirte como si estuviera partido a la mitad.

O en miles de fragmentos pequeños...

Ese orgullo se disipa cuando te das cuenta que como mujer has sido usada. El orgullo desaparece al darte cuenta que diste más de lo debido. También al saber que ese ser que juró amarte y protegerte se convirtió en tu verdugo y que, al machacarse tu voluntad, tu dignidad y tu orgullo como mujer fuerte lo acompañan.

Te sientes desfallecer...

Algunos dicen que el proceso es lento y muy doloroso, pero la convicción de volver a recuperar aquello y la lealtad que una vez te prometiste, sirven para afrontar la cosas que quizás, solo quizás, un día seas capaz de mirar aquellos ojos que tanto prometieron, y ahora si decir que estás de pie y bien alerta.


Cerró la puerta, apoyó la espalda en ella y comenzó a deslizarse hasta que tocó el piso. Su rostro no expresaba nada, no así su cuerpo que temblaba de la cabeza a los pies. Tenía el pecho oprimido ante lo que había sucedido unos momentos atrás. Jamás pensó que pasaría algo tan aberrante como lo que acababa de suceder en el confesionario. De más estaba decir que casi podía escuchar cómo su corazón se caía a pedazos.

Pedazos que quizás nunca iba a poder juntar...

¿Cómo no pensar que algo así podría suceder en cualquier momento? Aquel retiro solo sirvió para adelantar lo que, inminentemente, se iba a acabar en un abrir y cerrar de ojos. Sin embargo, nunca pensó que le dolería tanto, mucho menos que se sentiría como si estuviese en el limbo. Le caló tan profundo todo lo acontecido ese día que ni siquiera sabía si estaba respirando. Si era una burda pesadilla de la que pronto despertaría, o que si estaba en el mismo infierno.

Lo cierto era que Sakura Haruno, una vez más, estaba viviendo un duro golpe a sus cortos diecisiete años. Tal vez podría ser algo banal para muchos, algo sin importancia para otros, algo exagerado para aquellos que no están debajo de su piel. Para esos que no saben lo que se siente ser coartada por tus padres. Por otros tantos que no tienen una idea que es enamorarte por primera vez, y no de cualquier hombre, sino de un cura, de un fruto prohibido en todos los sentidos.

No obstante, en los sentimientos no se manda, sobre todo, cuando se suponía que eras correspondida. Cuando te susurraron al oído que no se querían separar de ti. Cuando, malditamente, te entregaste a un hombre que pronto desecharía absolutamente todo.

Así, sin más...

Pobre ilusa, ¿creyó que en verdad ese sacerdote estaba siendo sincero? En la vida siempre habrá personas que te mienten, pero lo más doloroso es cuando una persona cercana lo hace. Como tus progenitores, como el padre Sasuke. Lo cierto es que la mayoría de las veces son tus cercanos los que te hieren profundamente, los que te pasan a llevar al punto de no saber qué hacer. Sobre todo, cuando estás encerrada, como ella.

El sabor del pecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora