Capítulo 25

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Enjoy...


—Sí, señor Kizashi, Sakura es una niña muy obediente. Sobresale como ninguna otra.

Tsunade, la supuesta madre superior del convento, había tenido una entrevista un tiempo atrás con los padres de Sakura. Habían quedado con el compromiso de que él la estaría llamando para saber como iba el comportamiento de su única hija. Tsunade no le encontraba sentido a eso, pero por razones obvias no cuestionaba nada, ya que era tanto mejor así. Debía tener la presa puesta bajo la lupa para poder seguir sus pasos.

Agradeció cuando fue él quien tomó la iniciativa de mantener un contacto permanente. Kizashi Haruno había quedado de comunicarse con ella a lo menos dos veces por mes, esa estrategia por parte de él, dio pie para poder comenzar a interceptar las llamadas. De donde, hacia donde, las horas de distancia, y, por supuesto, la ubicación exacta para comenzar el seguimiento.

Oh, eso es excelente —lo escuchó decir del otro lado. Que asco de voz —. Estoy muy contento de haber tomado la decisión correcta con este convento.

Sí, sí...

El muy estúpido no sabía que, entre sus "cercanos", había otro agente infiltrado que, en cuanto escuchó a Kizashi decir que necesitaba un buen convento para que su hija se convirtiese en un ejemplo de monja, le propuso en el que actualmente estaba. Por supuesto que habló maravillas del lugar, debía convencerlo. Ellos ya sabían las pretensiones de aquel aberrante hombre para con su hija, y aprovecharon al máximo el poder de la persuasión.

«Pobre chiquilla tonta», pensó Tsunade.

Con unos padres así, mejor sería tener enemigos...

Es que no cabía en sí del porque ese tipo de gente se ponía a engendrar hijos si los maltratarían de esa manera. De cierta forma, La chica Haruno le había dado lastima, más aún después de escuchar su confesión. Cuando la conoció, se le hizo retraída, notoriamente obliga a ir a ese lugar. Ahí pudo darse cuenta que no estaba del todo bien entre ella y sus padres, pero no podía decir nada, no podía sacar conjeturas ya que estaban siendo intensamente investigados.

Sin embargo, cuando oyó la desesperación en su voz, a través del micrófono de Sasuke, sintió una empatía de la que hasta ella se sorprendió. Era una pobre inocente, víctima de la codicia enfermiza de esos dos. Y algo en ella decía que a su joven agente le estaba pasando algo similar. Sí, claro, similar. Nunca había visto tanto interés, en nadie, por pertenecer a una investigación así de arriesgada, y su intuición le decía que Sasuke, no solo estaba ahí para atrapar a los padres de Sakura, sino que estaba ahí por Sakura.

Debía poner mucho ojo en su aprendiz...

Madre superiora —salió de su divagación cuando escuchó esa nefasta voz —, prontamente estaré en contacto con usted. No le puedo asegurar que la siguiente llamada sea este mes. Tengo unos asuntos muy importantes por resolver y estaré ausente.

—No se preocupe, sabe que Sakura está en muy buenas manos.

De eso estoy completamente seguro, cuide mucho de mi hija. Es mi único tesoro.

Cuanto cinismo...

—Señor Kizashi.

¿Sí?

—Usted también cuídese mucho.

Gracias.

—Que le vaya muy bien en sus asuntos.

El sabor del pecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora