Capítulo 29

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Enjoy...


—¡Querido Sasuke!

Después de haber dormido un par de horas, fue hasta la cocina. Estaba sentado en el taburete, cuando de repente sintió unos brazos envolverlo, desde atrás. Sasuke sonrió, esa era su hermana menor, Mei. Hacía tantísimo tiempo que no la veía que, le tomó la mano y se la llevó hasta los labios para besarla. Con Mei siempre tuvieron una relación estrechamente envidiable, eran tanto hermanos como amigos. Él sabía todo de ella, y se suponía que ella lo sabía todo de él. Sasuke respiró el aroma de la crema que se había echado y pensó que ni siquiera su preciosa hermana, sabría de lo que estaba sucediendo con Sakura.

Ese era un secreto que se llevaría consigo hasta que todo acabase. No estaba dispuesto a exponerla más de lo que lo había hecho. Por mucho que confiase en Mei, no podía ni quería hablar. Se giró sobre sus talones y le devolvió el abrazo. Ambos se llevaban por tan solo dos años, eso le hizo recordar que Sakura era casi de la misma edad que su hermana, por eso estaba segurísimo que se levarían fenomenal. Aquel pensar, le provocó que la estrechase un poco más fuerte, a lo que Mei se quejó.

—Lo siento, es que te extrañé demasiado.

Nadie, excepto su padre, sabía que estaba de encubierto en una misión tan peligrosa como lo era aquella. Para el resto de su familia, él estaba en entrenamiento para formar parte del FBI, que contaba en una capacitación básica en la academia. Si supieran que estaba más que implicado, que ya formaba parte de ellos, no le creerían. Menos mal que sus hermanos no lo habían visto con la ropa de sacerdote, porque cuando llegó no estaban, o si no ahí sí hubiese habido preguntas muy difíciles de responder.

De momento, y por absoluta seguridad, no podía abrir la boca. Tampoco es como si lo pretendiese hacer. Ellos, como agentes encubiertos, estaban en completa amenaza. Sin embargo, de cierta forma, él la había sacado barata, porque si bien estaba en un convento como un agente secreto, no corría el mismo peligro que sus compañeros.

Sus colegas estaban en el filo de la navaja, ya que debían sacar información sin terminar brutalmente asesinados. Estaban encargados de engañar a los delincuentes para que revelasen sus planes más oscuros y así poder tendeles la trampa mortal. El trabajo de ellos, en extremo era aterrador, viendo cosas que una persona común y corriente no podría vivir jamás.

Mucho se hacían pasar por asesinos a sueldo, ladrones, traficantes internacionales de armas, narcotraficantes, hasta delincuentes de guante blanco. Eran los encargados de destapar las organizaciones criminales más peligrosas del mundo. Alguna vez, Sasuke, habló con alguno y quiso saber por qué empezaron a trabajar como agentes encubiertos. La respuesta casi siempre era la misma. Buscaban algo emocionante. En su caso, su motivación fue Sakura Haruno.

Sin embargo, no pretendía dejar de infiltrarse porque en el corto tiempo que estuvo en formación, le pareció lo bastante interesante como para querer dedicarse a eso. Tuvo la suerte de que su tío estaba a cargo de la operación Dark Snake, así habían nombrado la misión que refundiría a los Haruno, y sus secuaces, en la cárcel. Además, que contaban con un tipo que había formado parte de la red criminal, que, para aminorar un poco la condena, estaba colaborando con ellos.

No podía salir nada mal...

Excepto...

—Me estás apretando, hermano.

—Perdón —se separó de ella —. Estás lindísima.

—Siempre lo he sido.

—Es cierto —concedió —. ¿E Itachi?

El sabor del pecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora