Capítulo 17

1.5K 168 40
                                    



De por si el secreto es información sensible que debe ser restringida ante los demás, ya que es considerado algo oculto, escondido del resto. El secreto es algo que debe ser ignorado por la mayoría de las personas, a menos que elijas a quién quieras revelarle tu secreto.

Sin embargo, muchas veces las personas guardan secretos para evitar ser señaladas por haber cometido un pecado capital, porque ese es el principio de otros pecados y eso es considerado ir contra la voluntad de Dios.


El padre Sasuke estaba preparándose para la misa de aquel día, pensando en cuantos secretos estaba guardando. Estaba completamente seguro de que con estar haciendo aquello, estaba abriendo una brecha emocional impresionante, ante las personas a quienes le ocultaba la realidad de todo lo que lo rodeaba. Sabía que eso le estaba afectando, debido a que, a veces, le distorsionaba la realidad haciéndolo vivir en un mundo paralelo. Creía que podría hacer una vida normal con Sakura, libre de los ojos escrutadores y acusadores de la iglesia. Sin embargo, pronto se daba cuenta de donde estaba y eso lo hacía caer a un precipicio sin fin.

No era fácil guardar un secreto como aquel...

Sobre todo, cuando no tenía a nadie para confiar algo tan delicado, y no podía hacerlo con quién sabía sobre lo que tuvo y tendría con Sakura, porque ya estuvo a punto de ser desenmascarado una vez. No iba a correr el riesgo de nuevo, aunque esa persona sabía la verdad de sus intenciones, y también quien era realmente, no tenía ni idea cuando él daría el primer paso. Por supuesto que tampoco le haría saber desde en qué momento estaría junto a Sakura otra vez.

Dio un suspiro mientras se arreglaba la sotana...

Su estómago estaba casi siendo aplastado por una fuerza brutal, así lo sentía y quería calmar aquella sensación tan molesta. Habían pasado tres semanas desde que había ayudado a Sakura, la había visto, le había hablado también, sin embargo, ella continuaba evitándolo. Estuvo pendiente de ver como seguía, pero Sakura estaba cerrada en no querer cruzar más de tres palabras con él. No le importó. Insistió, pero nada cambió porque podía llegar a ser tan empecinada como lo era él.

Eso lo frustraba...

Pero no se detuvo ahí...

Una tarde, luego de que Sakura terminase la poda de los arbustos, Sasuke, sin que nadie se diese cuenta, la siguió como un criminal por el pasillo. Le tomó la mano y la había obligado a caminar a su ritmo. Sakura intentó zafarse, pero no la dejó. Hasta que llegaron al enorme pilar donde todo había comenzado. La arrinconó, dejando las manos a cada lado de su cabeza.

Sin pudor, sin disimulo, sin pensarlo siquiera y olvidando todo tipo de vergüenza, bajó el rostro y le besó el cuello. Pudo palpar como ese acto le había exacerbado los latidos a la chica. Sabía que Sakura no se quedaría tranquila, esperando por el segundo o para enviarlo nuevamente al diablo.

Aun así, Sasuke estuvo preparado para el empujón que ella le dio, fue por eso que no logró moverlo ni un centímetro. Es más, su boca se quedó pegada en aquel trozo de piel expuesta, y tuvo el atrevimiento de apretarle, entre sus labios, el cuello. Pero no, aquel impertinente no solo se quedó en eso, sino que también le pasó la lengua, logrando que Sakura soltara un pesado suspiro que le dio en la oreja.

Muchos fueron los minutos que se quedaron en esa posición...

Sasuke pasando suavemente la nariz donde había provocado aquel ardor, y Sakura le había puesto las manos en las caderas. Si creía que ella había caído como en tiempos pasados, pues estaba muy equivocado porque en cuanto se echó para atrás, Sakura levantó la mano y la dejó caer en su mejilla. El sonido fue seco. Pero eso no le importó, y tampoco le impidió darle un beso en la boca, esa misma que estaba fruncida producto de su inconcebible descaro.

El sabor del pecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora