Capítulo 6

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Perdón la demora.

Enjoy...


"Uno de los pecados capitales más frecuentes por el ser humano es..., la lujuria. Es un intenso e incontenible deseo sexual que toda persona, por naturaleza, posee".


El mismo que en ese preciso instante, están experimentando aquellas dos personas que han vuelto a unir sus bocas, pero en esta ocasión, con más intensidad. Sin importarles las consecuencias que pueden traer sus actos, el perjuicio que puede acarrear tan descontrolante sentimiento. Es algo pecaminoso. Algo que no debía suceder jamás. Algo prohibido. Sin embargo, no lo han podido dominar, porque se gustan. Porque se sienten bien el uno con el otro. Porque entre ellos ha nacido una atracción que va más allá de toda lógica, de todo juicio.

De toda..., moral.

Por eso no se puede decir que el padre Sasuke es perfecto, porque ha incumplido con aquella joven novicia que están envuelta entre sus brazos, recibiendo y devolviendo cada beso que él le da. Porque se siente desfallecer cada vez que la ve compungida. Porque le da impotencia ver que esos preciosos ojos jade se llenan de lágrimas, y que él las quisiera sacar con cada beso que le da.

Sin poder evitarlo, ha pecado, ha faltado al más grande de los juramentos que ha hecho. Entrar como un sacerdote casi indolente, al convento. No debía importarle más que el bienestar de las novicias. Escucharlas y aconsejarlas. Darles palabras de consuelo, y hasta compadecerse de su dolor. No obstante, bastó para que ella, la joven Sakura, hiciera acto de presencia por primera vez en la capilla, para que él ya dejase de pensar en el bien o el mal.

En lo correcto e incorrecto...

Le tenía una mano entre su sedoso cabello, la otra se la tenía en su baja espalda, pegada a él. No quería soltarla, inevitablemente se había convertido en su éxtasis. En una alucinante droga que se había filtrado por sus venas, haciéndolo delirar. Había ladeado su cabeza, para tener mayor acceso a esa boca con sabor a pecado. A esa lengua que lo estaba llevando a las puertas del mismo infierno, pero a la vez, a las del cielo. Su aroma, su esencia, todo lo que Sakura le transmitía era arrebatador. Era la primera vez que se sentía volar sobre las nubes, se podía dar el lujo hasta de sentirse cursi por su pensar, pero no le importaba en lo más mínimo.

Ella lo ponía así...

Con el mundo patas arriba...

Su lengua abrazaba la de ella, sus dientes mordían su labio inferior, absorbía sus suspiros, y se empapaba de las caricias que Sakura le hacía con sutileza sobre su torso. Sus finas hebras estaban enredadas entre sus dedos y le encantaba la textura de ellas. Tan suaves, tan delicadas, como Sakura. Su corazón había logrado estabilizarse, pero aun podía sentir como a veces se saltaba más de un latido. Y era deslumbrante aquella sensación que, solo ella, había podido hacer posible.

Antes de dar por finalizado el beso, abrió su boca y le succionó la lengua con lentitud. Estaba tibia, húmeda, tan suave. Juntó su nariz con la de ella y al abrir los ojos se percató de que Sakura, aún mantenía los párpados cerrados. Subió el brazo tan solo para acariciarle su mejilla sonrosada. No tenía noción ni del tiempo, ni de donde se encontraban.

Se había pedido en aquella vorágine de sensaciones dantescas que esa preciosa chica le provocaba. Se había perdido en el espacio de sus sutiles caricias. Se había perdido en el tiempo de su boca deliciosa. Se había dejado envolver como nunca antes le había pasado en su recatada vida. Se había dejado absorber por completo, cada fibra de su piel estaba ardiendo y le daba lo mismo que el peso de su ropa le molestase hasta el punto de la incomodidad porque, inconscientemente, aquello le recordaba que estaba fuera de todo juicio.

El sabor del pecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora