Capítulo 32

426 46 11
                                    


Enjoy...


Un suspiro...

Una mirada desafiante...

Una mirada censurable...

Era increíble lo que estaba pasando dentro de aquel confesionario. Donde la primera vez que se vieron, surgió algo completamente inexplicable para ambos. Sin embargo, en esa ocasión, estaba pasando lo que ninguno de los dos jamás creyó. Se estaban reprochando por medio de palabras hirientes, donde la única testigo de todo, era Tsunade, la que oía como Sasuke estaba siendo severamente condenado por Sakura, la chica que se había entregado en cuerpo y alma a él.

Sus sentimientos nunca fueron ocultos, tuvieron que ser enterrados a la fuerza, pero el solo hecho de verla echar fuego a través de los ojos, ese mismo sentimiento se quería alimentar de él para avivarse y hacer del confesionario un dantesco incendio. Apretó la mandíbula, debido a que se estaba mordiendo la lengua porque deseaba decirle todo lo que sucedió en esas dos semanas que estuvo fuera. Advertirle que no confiase en Ino, la supuesta buena amiga. Que estaba siendo utilizada por ella, así mismo como la había utilizado él.

Se excusó con una burda frase que ni él mismo se pudo creer, pero estaba dando manotazos de ahogado, porque la ola estaba siendo tan grande que no podría ser capaz de esquivarla. Sakura fue tajante con cada palabra que salió de su boca. Sasuke intentaba contestar con la velocidad que su cerebro le permitía. El dime y diretes que tenían era impresionante, tanto así que, Sasuke podía sentir como ambos temblaban ante la discusión que estaban teniendo.

Sobre todo, cuando Sakura le reprochó que el haberlo hecho con ella no significó nada para él. El solo motivo de escucharla mencionar la falsedad de sus esperanzas, lo dejaron hundido al fondo del pozo. Aunque tenía razón en un punto, nunca debieron cruzar la línea sin saber lo que pasaría. Fueron unos impulsivos que se dejaron llevar por el amor, la pasión y el deseo de sentirse en los brazos del otro. Sin embargo, para Sakura eso nunca existió, y Sasuke nuevamente pensó que lo mejor era que todo quedase así.

Sasuke, acaba con esto de una vez por todas —escuchó exigir a Tsunade por el audífono —. Te alargaste demasiado.

Apretó los dientes...

Y remató...

—La lujuria es el pecado de los placeres carnales, de los débiles, y yo fui uno de ellos. Eso que pasó, como tú bien dices, no debió suceder jamás.

Transmitió la misma frialdad que caracterizaba a Kakashi. No sonó simpático, amable. Fue duro e implacable, serio y hasta hostil. Nunca dejó de observarla y sabía perfecto que sus palabras cayeron como ácido. Se percató como Sakura sonrió, era una clarísima muestra de que intentaba ocultar todo el dolor que le dejó aquella cruel conversación. A pesar de ello, Sakura fijó los ojos en los de Sasuke. Él casi desfallece al fijarse como ese hermoso verde se iba oscureciendo.

—Concuerdo con usted, padre. La lujuria es un pecado muy perverso, sobre todo, cuando no existen sentimientos de por medio. Cuando las palabras dichas no son más que un burdo engaño para lograr un objetivo concreto —Sasuke respiraba pesado, muy pesado —. "Te quiero decir que hoy, me siento un hombre completo —al escucharla recitar la nota que le dejó la madrugada que se fue, sintió como se le humedecían los ojos —. Nos hemos hecho uno solo, nos hemos entregado y no me arrepiento". En ese escrito me preguntó si acaso me arrepentía. Hasta ayer en la noche mi respuesta era no. Pero hoy puedo decirle que, sí padre, me arrepiento de haberme entregado a usted. Me arrepiento como no tiene una idea de haberle entregado a usted, mi virginidad. Nunca debí hacerme falsas ilusiones y bizarras expectativas.

El sabor del pecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora