Cap 14.

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Es el mismísimo infierno hecho mujer. 2ª parte.


La veo entrar y a duras penas puedo reprimir las ganas de levantarme y arrojarme sobre ella.

Mente fría, no me la puedo follar, ella no es una más. Voy a querer mucho más y eso no me conviene.

No puedo parar de mirarla, es la mejor creación que ha existido jamás, consiguiendo ponerme duro y furioso a la vez con su mera presencia.

--¿Me has hecho venir para esto?--parece confundida aunque intente demostrar un estúpido enfado, a mí no me engaña. Hace como que se va a levantar, volviendo a sentarse al segundo para hablar de nuevo.--¿Qué coño es esto, Samael?--se cruza de brazos, haciendo que las tetas le queden mucho más expuestas.--Mírame a los putos ojos, para mirar tetas ya tienes las de tu novia.

Ay, si ella supiera.

--¿Eso que noto son celos, pequeña Lilit?--muevo la cabeza hacia ambos lados a la vez que chasqueo la lengua varias veces en señal de desaprobación.--Eso no está bien, si no recuerdo mal tú tienes novio y vas saltando sobre otras pollas.--me pongo de pie y me acerco lentamente hacia ella, haciendo que contenga la respiración a medida que avanzo.--La diferencia entre tú y yo, pequeña Lilit,--me siento sobre mi escritorio, justo frente a ella.-- es que yo no necesito nada que no quiera con ella.

--¿Ah no?--se levanta, está demasiado cerca.--¿Entonces qué hago aquí?--huelo su perfume, el olor de su piel. Se me vienen imágenes a la cabeza que desearía poder borrar.-- ¿Por qué estás conmigo y no con ella?--me susurra.

Me aclaro la garganta, no voy a dejar que note que me afecta tenerla tan cerca.

--Porque quería hablar contigo a solas, creo que es bastante obvio.

--Venga ya.--se ríe, y juro que daría lo que fuera por escuchar ese sonido cada maldito día de mi vida.--Seguro que sabías que iba a venir, a mí no me vengas con rollos. ¿Tantas indirectas y jueguecitos para qué? ¿Querías llamar la atención como cuando éramos pequeños?--se burla.-- Madura un poco, hazte el favor.--camina hacia la puerta, dándome una imagen perfecta de su culo redondeado, sólo cubierto por ese fino vestido negro.

Me pregunto si...

--Ya sabes para qué.

--No , no lo sé, dímelo tú.--se apoya en la puerta y me mira.

Está demasiado lejos.

--Quiero que te alejes de él.

--¿De quién?--está agotando la poca paciencia que me queda.

--Sabes perfectamente de quién te hablo.--sólo de pensar en él con ella algo estalla en mí.

--Ah, sí.--vuelve hacia mí, esta vez mucho más despacio de lo que se fue.--¿De tu amigo Kellen?

--No es mi amigo.--aprieto los dientes con todas mis fuerzas.

Calma, ella no me puede ver perdiendo los papeles.

--Me estás haciendo perder el tiempo, ¿algo más?--suspira, como si estuviera cansada.--Porque si te piensas que te voy a consentir que me montes un numerito ...--suena mi móvil.

La hago un gesto para que guarde silencio y no se mueva de donde está.

Este número lo tienen pocas personas, por lo que contesto sin mirar.

--¿Quién?

--Qué borde, hermanito, ¿esas son maneras de hablarle a una dama?

NO SE LO DIGAS A NADIE. [SAGA SECRETOS Y MENTIRAS I] ✅️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora