¿Final?

1K 85 48
                                    

Día 5.

Creo que han pasado cinco días desde que me desperté en este sitio, lo sé porque son las veces que ha venido Nata a traerme una bandeja con comida y algunas botellas de agua junto con más cuadernos y bolígrafos.

¿Por qué querrá que lo escriba todo?

Ella misma te lo dijo, ¿no te acuerdas?

Sí, sí que me acuerdo.

Me entra un escalofrío de sólo recordar sus palabras tan cerca de mí oído, tan nítidas que parece que está aquí a mi lado: " Quiero que quede constancia de cómo vas perdiendo la cabeza poco a poco, que lo leas una y otra vez y te vayas consumiendo."

No me voy a volver loca, voy a salir de aquí.

Me levanto rápido, camino hacia la puerta, lo que hace que me maree y me caiga al suelo.

--Mierda, qué me están echando en la comida...--lloro, sintiendo dolor en el codo izquierdo.--Joder...--intento levantarme, ya que me he caído de culo.

Hay que hacerla algo la próxima vez que atraviese esa puerta.

La puedo clavar un boli...

Sabes que los tiene contados y que te revisan antes de que ella se acerque.

Quiero matarla.

Pues piensa con la cabeza fría, no te dejes llevar por impulsos tontos.

Me agacho detrás de la puerta cuando oigo las llaves al otro lado. Abre esta y yo me lanzo sobre quien sea que haya entrado, le clavo un boli en el cuello y caigo al suelo, exhausta.

--Niñata asquerosa.--la madre de mi demonio me grita, viene hacia mí y me calza un guantazo que me vuelve a tumbar en el suelo.--¡Lleváoslo!--más gente entra a llevarse al tipo al que le he clavado el boli y que no para de perder sangre. Me levanto como puedo, irguiéndome cuando ella cierra la puerta detrás suyo y me enfrenta.--Veo que aún te quedan fuerzas para dar guerra.--se cruza de brazos y cuadra los hombros, altiva. Me mira de arriba a abajo con una sonrisa malévola en los labios.--Ponte algo bonito, hoy empiezas a trabajar.--se da la vuelta, pero me acerco a ella y la agarro del brazo y la empujo contra la pared. Sus hombres hacen amago de entrar, pero ella les para, se estira la ropa y mira al suelo con gesto contenido y después me mira a mí, que aunque lo quiera negar, me asusta.

--Sácame de aquí si no quieres que tu hijo te mate.--mi voz suena jodidamente siniestra mientras me voy acercando a ella de brazos cruzados, imitando su pose, pero ella ni se inmuta.

--Mi hijo está llorando la muerte de su esposa, la cual asesinaste el día de su boda.--trago saliva.--¿Te parece una razón suficientemente poderosa como para alejarte de mi hijo de una vez por todas?--no digo nada, me bloqueo.--Al fin y al cabo también eres madre...--dice en tono condescendiente.--Harías cualquier cosa por tu hijo.--su sonrisa se ensancha cuando ve cómo aprieto los puños.

--A ti tu hijo te importa una mierda.--asevero.--No te importas nada más que tú y tu sucio dinero.--digo, con una risa amarga e irónica.--Te da igual haberme destrozado la vida, habérsela destrozado a tus tres hijos, a tu nieto.--doy vueltas por la habitación, desesperada mientras ella sólo me observa. De un momento a otro caigo en algo y doy un par de pasos hacia ella.--¿Sabes? Algo que me dijo tu hija hace unos días me ha hecho caer en algo...--me quedo quieta y sigo hablando.--Podré saber en qué punto exacto me vuelvo loca, en eso tenía toda la razón...--ahora la que sonríe soy yo.--Pero si yo caigo, tú caes conmigo.--ella aprieta la mandíbula, callada.--No sé cuando ni cómo, tampoco si seré yo la que te mate, pero, ¿sabes algo?--doy otro pasito, quedando muy cerca de ella, apenas tengo que susurrar para que me escuche.--Ardería gustosa en el mismo infierno si con eso me asegurara de que quien te mata es Samael.--me mojo los labios y sigo hablando.--¿Sería una muerte poética, no crees?

--¿Ves al idiota de mi hijo por aquí, Adrianna Caronte?--replica.--¿Ves a alguien viniendo corriendo a ayudarte? ¿Dónde están? ¿Y el bastardo?--cuando voy a empotrarla la cabeza en la pared, ella saca un arma de su espalda. Yo me separo de ella cuando me apunta con esta.--Métete en la cabeza que nadie, ¿me oyes?--alza la voz.--Nadie. Ni siquiera tu madre y abuelo lo han hecho.--¿abuelo?--Pon atención porque van a ser las últimas palabras amables que escucharás en los últimos meses...--hace. un gesto para que estén atentos a la puerta y abran cuando ellase lo ordene.--Te vas a pudrir aquí dentro, viendo cómo cada día que pasa se hace más y más largo, más y más duro, con menos y menos fuerza...--su sonrisa se ensancha, pareciendo más bien una mueca.--Pero no te voy a matar, querida.--hace un ruido con la boca y sale, cierran y habla desde el otro lado.--Vas a ganarte tu estancia con tu mejor talento, como hizo tu madre hace algunos años.--otra pausa.--Debes estar contenta al poder compartir algo más con ella.--me temo lo peor cuando mete la pistola en su espalda de nuevo y de a saber dónde, saca una barra de labios, se empieza a pintar muy lentamente mientras me mira para antes de marcharse decir lo último.--A mis hijos los volviste locos gratis, imagínate si me pagaran.--voy hacia la puerta y empiezo a dar golpes, insultarla, maldecirla, todo mientras ella se da la vuelta, riendo junto a sus matones. Caminan tan campantes mientras yo me desespero más y más.

Siento que tengo que hacer algo antes de perderla de vista, aunque me desgarre la voz.

--¡TE VOY A DESTRUIR, RECUERDA MIS PALABRAS!



No sé cuántos días llevo aquí. Sé que me han traído a otra parte del edificio o lo que sea esto. No hay puertas, tampoco ventanas ni nada que me de una idea de dónde estamos.

--Tú, despierta.--patean el colchón en el que permanezco tumbada, apenas me puedo mover.

Como no me puedo levantar, el tipo tira de mí mientras que las otras chicas intentan no establecer contacto visual con él.

--No me toques...--intento zafarme, pero no me quedan fuerzas.

Cuando para de arrastrarme, siento alivio en mi cabeza y espalda, pero pánico al pensar que puede ser... al levantat la cabeza y observar mi alrededor, todo en mí se congela.

--Bienvenida, cuñadita.--de detrás mío sale Nata, ataviada con guantes azules y ropa deportiva.

--¿Qué vas a hacer con eso?--quiero levantarme, pero a parte de que no tengo fuerzas, el gigante que tengo al lado me sujeta por los hombros.

--Tienes a mi madre más cabreada que una mona.--comenta, como si estuviéramos en una terraza tomando un café.--Yo que tú, aguantaría hasta que se aburra.--dice, visiblemente divertida por la situación.--Levanta, no tengo todo el día.--siento pinchazos por todo el cuerpo, pero eso no me detiene. Me pongo en pie y miro mi reflejo en los espejos que hacen de pared.

Esta no puedo ser yo.

Sin que ella le vuelva a decir nada, el hombre me tumba sobre la camilla, atándome con correas muñecas y pies.

--Hazlo por tu hermano.--la miro y suplico.--Déjame salir, Nata.--trago saliva, no sin trabajo.

Deja sobre una mesita el el bisturí que tenía en la mano y con el rostro contraído me contesta

--Mi hermano se olvida de todo cuando se trata de ti.--dice con asco, tomando de nuevo el utensilio.--Esto es mucho más divertido, ¿no crees?--parece una lunática.--Además, contamos con el factor sorpresa.--va acercando el chisme ese a mi piel, haciendo que mi respiración cada vez vaya más deprisa.--Nadie se imagina que estás aquí, justo en las narices de todos.



Estad atentas al grupo de WhatsApp ( por el que mandé el primer cap del segundo libro y la portada ), a insta y a Wattpad, en breves empezaremos con el segundo libro de la saga y nadie se puede quedar por el camino 😈🔥

Recordad que los enlaces los tenéis en la cajita de descripción y en el tablón.

Nos leemos en "Mariposa." Sed malas. 🖤🦋🔥

🎉 Has terminado de leer NO SE LO DIGAS A NADIE. [SAGA SECRETOS Y MENTIRAS I] ✅️ 🎉
NO SE LO DIGAS A NADIE. [SAGA SECRETOS Y MENTIRAS I] ✅️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora