Mitología griega: Hades y Perséfone

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐈𝐕 𝐑𝐞𝐬𝐩𝐮𝐞𝐬𝐭𝐚𝐬

Después de enviar la carta a los 2 días recibí respuesta. Hermes la puso en otro sobre para que no se viera el remitente y también me la dio tratando de que ella no la mirase.
Llevé la carta hacia mi habitación y la coloqué sobre mi cama,pero tenía miedo de leerla pues sabía quizás pondría algo en resumen como que estaba bien, lo comprendía y que no me preocupara. Y aunque no parece grabe eso significaría que todo había terminado, así que mejor la guarde y salí de allí.

Mamá dijo que iríamos a pasear por el Olimpo ya que pensaba que me aburría mucho en casa y que quería hablarme sobre algo también. Se le veía tranquila cuando lo mencionó así que no me preocupe mucho sobre lo que me podría decir.

Casi no me arreglé, solo me puse un vestido color negro que llegaba hasta las rodillas, que de arriba era algo ajustado pero luego totalmente suelto y fresco, tenía una cinta en la espalda formando un pequeño moño y en las mangas igual tenía unas pequeñas cintas. El cabello no lo sujeté o algo solo lo deje suelto.

Mientras caminaba con mi madre podía ver cómo nos miraban, o más bien, como me miraban a mi y era bastante incómodo, pero mi madre me sacó de mis pensamientos. —Perséfone—dijo—. ¿No crees que sería buena idea si volvemos a vivir en el bosque? —¿Por qué?—Pregunté—. Me gusta aquí. —Creo que el Olimpo no es un buen lugar para ti, volveremos a vivir en el mundo mortal, sin embargo no donde mismo, encontraremos otra casa y otro bosque para seguir con nuestras labores.
Ya ni si quiera quise discutir con ella sobre eso, ya no importaba nada.

Llegamos a casa ya casi por anochecer, y esta vez sintiendo una presión en el pecho, abrí la carta cuidadosamente y decía;

"Querida Perséfone. Jamás te odiaría, entiendo y lamento la situación, pero no te podría dejar, te convertiste en toda mi razón y en todo lo que de verdad me importa, te pido de favor que antes del anochecer nos veamos en el bosque, quisiera hablar contigo sobre algo, también se que no puedes salir muy bien de tu casa, así que comprenderé si no vas, pero entonces te esperaré a que vayas conmigo cada anochecer."

De inmediato guardé la carta, ya casi anochecía, seguro él ya estaría allí pero aún no sabía cómo poder salir de casa, por la puerta era imposible, cualquier ruido que hiciera me escucharía, está por supuesto no era una situación nueva, parecía que en toda mi vida estuve castigada, así que trate de hacerlo como la última vez que, había salido por mi ventana, deslizándome por un gran pilar para así llegar hacia un árbol y subir por él hasta bajarlo. Fui hacia el bosque y de nuevo atravesé sobre este, me di cuenta que en la carta no decía un lugar específico en el que lo vería, así que me quedé quieta por un momento viendo hacia los lados, aún había algo de sol. Y en eso escucho su voz llamando mi nombre, volteo y allí estaba, fui corriendo a abrazarlo fuertemente. Hades suele ser muy frío, creo que no sabe muy bien cómo recibir los abrazos, pero por mi hacía un esfuerzo y trataba de recibirlo.

Hablamos de muchas cosas, me dijo que no quería que se terminará, obviamente yo tampoco quería eso, pero mi madre... También le comenté que me iría a vivir de nuevo al mundo mortal pero no en mi antigua casa, así que no sabría bien como verlo. Se quedó en silencio un momento —Lo que te quería comentar para ya evitar todas estas situaciones... Perséfone, se reina del inframundo.

Lo que menos esperaba era que me dijera eso, todavía no podía creerlo, sentía que mi respiración se cortaba ¡¿Casarnos?! Pensaba, me encantó la idea pero aun había problemas.

—¿No es muy pronto? Además, Deméter me odiaría y ¿Yo? ¿Reinar el inframundo?

—Mmh ¿No te gusta la idea...?

Lo tome de su cara delicadamente con mis ambas manos —Hades, por supuesto que quiero hacerlo, sería lo mejor estar contigo para siempre, no sabes lo feliz que me hace—. Dije con algunas lágrimas de felicidad rodando por mis mejillas.
Lo que trato de decir...es que a veces siento que no soy lo suficientemente buena y para algo así... Pero sería un honor ser tu reina.

Hades parecía más aliviado tomo unos segundos de silencio.—No es muy pronto Perséfone y tengo una solución para que tú madre no te odie, si le pidiera permiso para hacerlo me lo negaría y sería peor todo.

—¿Qué solución?

Me dijo que la solución sería si yo era la "víctima" en todo esto, que como ya no lo podía ver, la próxima vez que saliéramos yo y mi madre al bosque, abriría una gran grieta en el suelo y que me llevaría como la primera vez que nos vimos, entonces mi madre pensaría que el me raptó y que yo no tuve la culpa de nada, es decir finjiriamos mi propio secuestro.

—Eso la asustaría muchísimo más y yo... Yo no la odio.

—Todos creeran la historia debido a que me dejaste yo te llevo a mis tierras por caprichoso, cruel y otros estereotipos que tienen sobre mi por allí. Luego para que no te lleven de vuelta… Tendrás que comer de las semillas de una granada del inframundo.

—Pero no podría estar sin ver a los qué conozco, pero si no como de las semillas entonces no pertenecere realmente al inframundo y me llevará como si nada... O si si quiera salgo tambien

—Yo y ella podríamos llegar a algo respecto a eso, pero sería mucho después, cuando se tranquilizara y se resignara que estás conmigo podrías ir entonces un tiempo con ella, y después no se preocuparía le dices que eres feliz... Aquí conmigo  .

—Seria la más feliz contigo Hades pero odio tener que fingir con ella y más como algo como esto...

—Bueno entiendo eso, pero si no es así probablemente no te quiera volver a hablar o ver ¿No? Perséfone… Si no estás segura entonces no lo hacemos, tranquila.

Lo iba a pensar pero no me quedaba mucho tiempo para hacerlo, tenía que decidir algo antes de irme. Los ojos de Hades parecían algo tristes, él enserio no quería que yo me fuera, y yo desde luego no quería separarme de él, su plan podría funcionar, pero no quería hacerla sufrir pensando en que Hades me había raptado pero como dijo Hades, si no es de ese modo será peor, supongo que si amas algo, tienes que sacrificar otras cosas.