𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐈𝐗: 𝐄𝐥 𝐩𝐞𝐥𝐢𝐠𝐫𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝐎𝐥𝐢𝐦𝐩𝐨

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Unos días después Hades y yo estábamos en el inframundo. Fue en uno de esos pocos días donde iba sola hacie el bosque. Estábamos caminando por ahí y sin rumbo aparente, cuando, nos topamos con un árbol de Granada, el cuál unos rayos del sol le pegaban y hacia lucir la granada muy exquisita.

—Sera mejor que no tomes una. —Me dijo mientras se acercaba a mi.

—Lo siento.

En ese momento se puso algo nervioso supongo que pensó que me había molestado o algo así, pero en ese momento se me había hecho algo extraño, solo era una granada, o eso pensé.

—Y… no es porque hmm… ¿La quiera toda para mí? —En ese momento me comencé reír, casi nunca lo veía nervioso y es algo gracioso verlo así.

— Si no que, bueno… Es granada del inframundo y si comes de sus semillas, te quedarías aquí por siempre.

De inmediato mi risa desapareció, creo que no había oído nada al respecto.

—¿De verdad? —Pregunté.

—Si, de verdad.

—Y alguien ajeno aquí ¿Ya la han comido antes?

—No… Que yo recuerde…

—Estas algo nervioso tranquilo —Le dije mientras le sonreía y lo agarraba de sus brazos. —Estas igual que cuando me contaste sobre Teseo y Helena, a lo cual creo que exageraste un poco al involucrar a piritoo en todo aquello.

—No exageré, si Teseo, bueno, secuestró a tu hermana y Teseo y Piritoo son muy buenos amigos, que tal si Pirítoo intenta hacer lo mismo contigo?

—Hades ya hablamos de esto y la verdad no me gusta ni un poco hablarlo hace sentirme muy mal por Helena y que también pienses que Pirítoo vaya a hacer eso, él no fue quien se la llevó, quizás ni lo sabe.

—Perséfone no seas tan ingenua… Es su amigo y mira con quién se junta, puede hacerlo también. Y claro que lo sabe, muchos aquí lo sabemos, es tonto pensar que él no lo sabe.

Hubo un momento de silencio entre nosotros, entendía que Hades solo quería protegerme pero el que me viera tan incapaz de protegerme a mi misma me molestaba.

—Jamas la conocí —le dije.

—¿A Helena? Bueno creo que yo solo la a llegado a ver, pero, se dice que el día que la raptaron, Pirítoo le ayudo a Teseo a hacerlo.

-¿Cómo?-pregunte sorprendida.

-Esa parte es un mito, claro... Pero igual existe el rumor.

En ese momento comprendí que Hades no me estaba infravalorando o algo así, creo que debería tener cuidado con Pirítoo ya lo que me dijo es muy grave y aquí, en el Olimpo lamentablemente ese tipo de historias realmente pasan y muy continuamente.

—Lo entiendo…

—Escucha —dijo él —No es porque no quiera que convivas con dioses, no quiero que te ocurra nada.

Me acerque a Hades y con mi mano acaricie una de sus mejillas y le sonreí y procedí a decirle que gracias por preocuparse por mi, pero que yo no era ninguna niña y que sabía cuidarme, a lo que al parecer entendió y dejamos el tema a un lado.

—¿Sabes que Zeus y Hestia haran una gran fiesta en su casa? -Me preguntó Hades.

—No me había enterado… ¿Irás? Por cierto ¿No eres muy tipo de fiestas verdad?

—Aun no lo sé… Y claro que sí, lo que mejor hacemos los dioses es divertirnos ¿No?

—¿De verdad? —Dije con un pequeño tono burlón. En la fiesta de bienvenida de mi y mi madre pude observar que no eres muy de fiestas.

—La verdad no es algo que suela disfrutar mucho, pero quizás iré. ¿Tu lo harás?

—No lo se, ni si quiera creo que hayamos recibido yo y miadre invitacion, o quizás si, y me lo ocultó…

—Aun así eres la hija de Zeus, estás automáticamente invitada y bueno la verdad el que te lo haya ocultado pues ya no me sorprende mucho

—Entonces quizás valla, no se, tampoco es muy mi tipo de ambiente, y si, ella es así... De hecho Hades ya me tendría que ir, he tardado mucho aquí y se puede preocupar.

—Esta bien…

—Nos vemos entonces. —Me acerque a él y le di un pequeño beso y me fui.

Al estar de nuevo en el bosque corrí entre él hasta que me encontré a mi madre que parecía estar buscándome.

—Cielos Perséfone ¿Donde estabas? —Pregunto

—Lo lamento, creo que me aleje mucho está vez.

—Si, bastante. ¿Y porque te vez tan exausta? ¿Estuviste corriendo?

—Hmm bueno si, porque cuando me di cuenta que estaba algo alejada pensé que quizá me estuvieras buscando y corrí a buscarte.

—Entiendo… Oye lamento a veces ser algo dura contigo…

—Esta bien, lo comprendo…

En ese momento me di cuenta que quizás Hades y mi madre poras contrarios que pareciesen tenían cosas en común, como la de sobreprotegerme aunque creo que mi madre le gana a él en ese aspecto.

Ya estábamos en casa y las estrellas y luna de nuevo nos iluminaban.

—Y...Mamá, ¿No hay nuevas noticias?— trate de preguntarle casual y discretamente.

Mamá se veía en su mundo, estaba viendo las cartas del correo pero parecía estar en otro lugar.

—¿Eh? ¿Que dices?

Me acerque a ella y pude mirar que había una carta que mi madre sostenía y que tenía el nombre de mi padre e iba dirijida hacia nosotras dos.

—Mira... Esta parece que va hacia las dos.

Mamá algo desinteresada solo hizo una muñeca de desagrado y promedio a decir.

—Si, bueno, no importa mucho.

Y procedió a arrojarla hacia otras cartas que había arrojado antes.

—Pero puedo leerla, también es para mí. -La agarre y abrí y comencé a leerla en voz baja.

—Mira mamá, nos está invitando él y Hestia a una fiesta que harán, ¿No quieres ir?

Aunque las fiestas no eran mucho lo mío quería ir para más que otra cosa poder ver a Hades y que ya sea en otro lugar a parte del bosque o el inframundo.

—No me interesa mucho verlo.

—Pero no solo estará el, habrá más dioses...

—¿Tu ya conoces a más Perséfone? Por cierto ¿Que paso con Pirítoo?

—El y yo ya no hemos salido y solo me lo he encontrado y hemos hablado un poco. Mamá hablando de él... ¿Tu conoces a su amigo Teseo?










Mitología griega: Hades y Perséfone Donde viven las historias. Descúbrelo ahora