𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐕𝐈𝐈𝐈: 𝐋𝐥𝐚𝐦𝐚𝐬

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Íbamos caminando y no había nadie cerca, el atardecer era perfecto, las hojas y los pétalos de las flores caían y la brisa era tan linda y fresca, todo el día era perfecto, aunque todo eso lo arruine y lo deje pasar desapercibido por el muy estupido comentario que había dicho antes.

Aun estaba arrepentida de lo que dige ¡No tenía idea de dónde salió eso! Además fue muy egocéntrico ¿Porque Hades estaría de esa manera por mi?

Hubo algunos segundos de silencio hasta que comenzó a hablar.

-¿Crees que en estoy celoso? -Lo dijo muy casualmente y hasta con serenidad.

-No yo...Lo siento, no sabía que decía, no fue en realidad lo que quise decir, es que se que sonó como si me creyera la del centro de todo, de verdad no sabía en qué pensaba y no es como si yo realmente haya pensado que...

-Pues si. -interrumpió.

Por unos instantes me quedé como petrificada y solo pude dejar salir un "¿Qué?" De mi boca. No podía creer lo que había escuchado ¿Era una broma de su parte? Al no obtener ninguna respuesta de su parte seguí hablando.

-Seguro solo te burlas de mi, deja de bromear, de verdad me equivoqué y no quise insinuar eso...

-De verdad que hablas mucho cuando te pones nerviosa.

-No tiene sentido ya hablar de esto...-dije avergonzada.

Sentía que estaba roja así que simplemente mire para el piso mientras seguíamos caminando. Cuando sentía la mirada penetrante de Hades hacia mi, llevó su mano a mi mentón y me volteo hacia él.

-De verdad es cierto.

En ese momento sentí algo en mi pecho que era indescriptible y muchos nervios, sentí como la respiración se me iba y entonces se inclinó hacia mí y yo guiandome nerviosamente por el momento cerré los ojos, y entonces sentí su otra mano alrededor de mi cintura y luego sus cálidos labios en los mios. En ese momento, los sentimientos había tenido antes se multiplicaron. Y entonces me separé de él.

-Hades... -Dije, aún sin poder mirarlo a los ojos.

-¿Que ocurre?

-Es que, bueno, esto jamás me lo permitiría mi madre...

-No importa eso Perséfone. - Y movió levemente mi rostro hacia el de él, y mirándome fijamente y yo a él.

-Ademas... -continue -Se que los dioses han estado con muchísimas, han tenido amantes... Y Hades yo no quiero ser una de ellas para ti.

-Perséfone yo no tengo esposa ni amantes o ambas, y desde que te miré supe que que serías la indicada.

-Ella siempre me ha advertido de que no crea en los dioses fasilmente pero siempre ha habido algo que me dice que tengo que confiar en ti.

Y está vez de nuevo se inclino hacia mí y nos besamos dulce y apasionadamente. Aún estaba procesando todo esto y apenas y podía tener algo clara mi mente, pero en ese momento solo pensaba en él.

Me llevó hasta casa y el camino fue un poco extraño, me sentía extraña pero feliz. Él me preguntó si estaba bien dejarme a unos metros de ella o en la entrada ya que dijo que para mi madre sería raro que él me hubiera acompañado pero que luego mi padre después le podría decir que el un día me acompañó. Yo creía que era mejor a unos metros ya que se suponía que había salido con Pirítoo y entonces sería raro si el me llevará. Así que lo entendió y lo aceptó.

Llegué a mi casa y mi madre me preguntó cómo me había ido le dije que bien, aunque la verdad no recuerdo mucho que le dije o que me preguntó porque el recuerdo de aquel momento, hacía que no me concentrará mucho y solo pensara en el, aún podía sentir esa extraña sensación en el estomago, y también aún una gran felicidad.

Una vez que mi mamá y yo bajamos del Olimpo como era costumbre hacerlo de vez en cuándo Hades y yo habíamos quedado en algo.
Cada vez que iba, él estaba ahí, ya que el mismo día que me llevo a casa le dije cuáles días bajábamos del Olimpo y para ahí poder vernos, aunque me preocupaba que mi mamá nos descubriera, siempre me alejaba de ella cuando estábamos en el bosque, y entonces él y yo nos encontramos y pasábamos un lindo rato juntos charlando.

Hades no suele ser muy cariñoso y suele ser muy serio pero su manera de mirarme y escucharme es como su forma en la que yo siento que me muestra cariño, quizás no siempre me demuestra cariño físico, si no, más bien, un cariño que siento que es más profundo.

Nos solemos ver un rato y es el mejor rato y mi favorito de todo ese día, hablamos de todo, como, como le van las cosas en el inframundo y a mi en el Olimpo y cada de que nos despediamos nos dábamos un cálido beso, sin embargo en uno de esos días y conversando sus celos surgieron.

-¿Y te has vuelto a ver con él?

-¿Con Pirítoo? No... Solo me lo he encontrado.

-Y han hablado?

-Si, pero solo de cosas irrelevantes, y solo porque nos hemos encontrado de casualidad o así. ¿Aún sigues molesto por ello?

-No estoy diciendo que no hables con otros dioses... Pero realmente el nunca me ha agradado.

-¿Porque no?

-Porque el va detrás de ti Perséfone, estoy seguro. Y bueno yo antes de conocerte tampoco me agradó, siempre tratando de lucir amable con su estúpida sonrisa falsa.

-¿Y porque piensas eso? Y él no va detrás de mi... -dije entre risas.

-No es que piense eso. Es un hecho que si.

-¿Porque lo dices?

-Tu hermana, Helena de Troya.

Mitología griega: Hades y Perséfone Donde viven las historias. Descúbrelo ahora