𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐈𝐈: 𝐄𝐧 𝐞𝐥 𝐢𝐧𝐟𝐫𝐚𝐦𝐮𝐧𝐝𝐨

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Y entonces abrí los ojos, había mucha oscuridad pero conforme mis ojos se fueron acostumbrando a ella pude ver todo con más claridad.

Desde pequeña mi madre o otras personas me llegaron a contar de las historias de varios dioses o hacian referencia a ellos, y un día cuando yo aún era pequeña mi madre estaba hablando con Hecate. Yo no estaba poniendo mucha atención a su conversación ya que recuerdo que esa vez había ido al bosque al recoger algunas flores, y en casa estaba muy entretenida mirandolas, hasta que en esa conversación surgió el nombre de Hades creo que fue la primera vez que lo escuché y me generó una gran curiosidad ya que de las veces que había ido al Olimpo en ese entonces, no lo había llegado a oír a pesar de que es el hermano de mis padres.

Entonces les pregunté quién era Hades y mi madre me dijo que es un dios que después de que pasó la titanomaquia mi padre Zeus convirtió a Hades en el rey del inframundo.

A pesar de que yo sabía de está guerra nunca me habían sido especifica con ella y con lo que había pasado, tiempo después le pregunté a mi madre sobre esto y me dijo que fue porque aún era muy pequeña como para comprenderla del todo.

Me dijo que el era la mayor autoridad del reino debajo de la tierra, el inframundo donde se encuentran las almas errantes. Hermes, quien es el mensajero de los dioses, también se encarga de llevar esas almas hacia el inframundo y Carote un barquero del inframundo se encarga de llevarles hasta el reino del Dios Hades. Ella me platico un poco sobre Hades dijo que a él siempre le gusto seguir las normas y que era alguien justo, inteligente, pero un poco severo.

Yo jamás lo había conocido o si quiera visto pero se dice que no suele salir mucho del inframundo o ver mucho a otros dioses.

Cuando abrí mis ojos me di cuenta que estaba en el inframundo y entonces lo vi a el, a Hades quién estaba parado frente a mi. Supe que era el puesto por el lugar al que me trajo, y como lo describen.

Aún recuerdo bien lo primero que le dije.

-¿Por qué me trajiste aquí? -pregunté algo confundida, molesta y muy asustada.

-Parecias estar asustada allá arriba, así que decidí traerte -Me dijo con su voz gruesa, pero muy casualmente como si no fuera básicamente un secuestro.

-Esto es un secuestro.

A lo que no tardó en hacer una pequeña risa.

-¿Qué? -dijo aún con una pequeña sonrisa -. Solo trataba de ayudarla.

Lo mire con desaprobación.

-Pues pudiste enviarme a mi casa y no traerme al inframundo. Y dices que solo tratabas de ayudarme pero ¿cómo puedes asegurar que tú intención no era secuestrarme si te apareciste de la nada?

Hades dejo de sonreir y comenzó a acercarse hacia mi.

-Escucha -me dijo-. Yo suelo salir del inframundo solo cuando hay un clima como ese allá afuera porque así no me noto mucho, no sé si lo sepas pero soy el Dios del inframundo por ende muchos me temen, y también, por cierto con ese clima no suele haber gente afuera pero tú fuiste la excepcion.

-Bien, pues yo no soy una "gente"...

Con su mirada hizo una pausa de verme a los ojos y comenzó a pasar su vista de arriba a abajo, no sé si pensaba que era una tipa de ninfa del bosque o algo así.

-Sera mejor que ya salga de aquí, mi madre me estará esperando...

Y entonces me gire y vi una gran puerta enfrente mío así que me dirigí hacia ella mientras Hades decía que esperara pero entonces abrí la enorme puerta y ahí vi a un enorme perro negro de tres cabezas y cola de serpiente dormido, quien se despertó después de haber abierto el portón, se levantó y comenzó a gruñir mientras se acercaba a mi, yo trataba de retroceder pero realmente me había hecho quedar paralizada y fue ahí donde Hades le llamó y se puso enfrente de mi haciendo que el perro guardara la calma

-Cerbero -le llamo y puso su mano en alto como tratando de alcanzarlo y acariciarlo y el perro agachó una de sus cabezas y la puso sobre la mano de Hades y entonces se tranquilizó.

-Entre de nuevo, a él no le agradan mucho los extraños y si estás aquí no se tranquilizara. -dijo mientras aún miraba a su perro y con su mano trataba de tranquilizarlo. Yo aún impresionada le hice caso y entre de nuevo a lo que vi que Hades logró calmarlo por completo y el también entro y se disculpó.

-Lo lamento, Cerbero se asegura de que ningún extraño pueda entrar aquí o que los muertos no puedan salir. Creo que le impresionó y molesto que estés aquí, pero créeme que cuando está calmado es un buen perro, aunque su apariencia no lo ayuda mucho a parecer así. Y quisiera disculparme, no fue correcto que la trajera así aquí, solo quería ayudar, se veía que no tenía idea hacia donde ir. Solo quería protegerla de la tormenta, hasta que parara, perdón si la asusté.

Entonces mire a Hades a sus lo que me parecieron fríos ojos y extendí mi mano hacia él.

-Soy...-proseguí. -Perséfone una Diosa, la Diosa de la primavera. Yo vivo en el bosque.

-Perséfone, yo soy el Dios Hades -Y entonces extendió su mano y correspondió mi saludo-. Y vivo aquí, en el inframundo.

Mitología griega: Hades y Perséfone Donde viven las historias. Descúbrelo ahora