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-Entonces tuvisteis sexo y ahora sois novios... ¿Así de fácil?-

Hablaba Scott con Peter sobre el día anterior llegando a un centro comercial, después de todo, no podían pasarse el día en la mansión. Peter había querido contarle con todo lujo de detalles, pero su amigo prefirió que no fuera así y lo resumiera, tampoco quería escuchar su tarde de pasión.

-Pues si, a ver, no es que por haberlo hecho empecemos a salir, puede que te hayas dado cuenta de que últimamente paso mucho tiempo con él, hemos tenido un rollo antes de tener sexo, no soy así de fácil-

-Ya, me he dado cuenta, venía siempre a secuestrarte como un pedófilo y tú le seguías como un niño que quiere caramelos-

-Es que Scott, ese hombre está...-

-No entiendo nada-

Replicó el chico azul detrás de ellos, atento a la conversación sin entender del todo el tema del que hablaban sus amigos.

-Entonces el señor Logan y tú, salís, ¿no? Con eso me basta, no necesito ni quiero más explicaciones-

-Has elegido la opción más inteligente de todas-

Comentó Scott riendo ante el comentario de Kurt, recibiendo por parte Peter una mirada seria seguido de una pequeña risa.

-¿Soy yo o ese hombre mira mucho a Scott?-

Preguntaba Kurt de repente después de haberse fijado en el chico al que se refería y comprobar que era a Scott a quien miraba

-No es un hombre, se ve joven-

-¿Y se puede saber porqué me mira? ¿Tengo monos en la cara, o qué?-

-Puede que le gustes-

-No, gracias, no quiero nada con nadie-

-Está bueno, yo que tú me acercaría como que no quiere la cosa, y empiezas a hablar-

Sugirió Peter antes de ver negar a Scott alejándose de ahí para evitar cualquier cosa, hasta que el plateado se le acercó y usando su mutación, lo llevó hasta donde estaba el chico, aún más guapo de cerca. Mientras su amigo le insultaba en susurros, Peter se chocó contra él aprovechando que estaba de espaldas y se fue, haciendo que parezca que había sido Scott.

-Perdón, el idiota de mi amigo me ha empujado y... no debería haber dicho eso... Perdón-

-Si que tiene que ser rápido tu amigo-

-Un poquito...-

Rió levemente Scott al decirlo  teniendo en cuenta la mutación de su amigo y lo miró fugazmente aún enfadado con él, causando que el chico que le acompañaba en el momento les mirara.

-Entiendo, ¿mutantes?-

-¿Cómo? ¿Qué? No, bueno, si, ¿llama demasiado la antención?-

-Bueno, no todos los días se ve a alguien azul en un centro comercial-

-Ya...-

-Seguro que tienes unos ojos preciosos-

Al decir eso, Scott se quedó paralizado y sorprendido por lo directo y repentino que fue, incluso llegó a sonrojarse ligeramente, después de todo, en momentos así era él quien decía ese tipo de cosas a las chicas, pero nunca se lo había dicho un chico.

-Me gustaría verte sin ellas, ¿serías capaz de no quemarme?-

-Lo dudo... Espera, ¿cómo...?-

Sonrió el chico que parecía un par de años más o menos mayor que él. Posteriormente le habló sobre su mutación, conseguía crear cada ilusión que pudiera imaginarse, ver en la mente de los demás, sueños, pesadillas, aparte de su telepatía, con la que conseguía ver cada sueño, miedo, y fantasía de quien quisiera. Le explicó que desde que descubrió su mutación y la supo controlar no siempre la utilizaba para hacer el bien, es más, las veces que había hecho el bien con ella se podían contar con los dedos de las manos. Parecía enorgullecerse de ello, tenía bastante poder a su alcance.

Hablaron de varios temas, y sin darse cuenta llegaron a dar una vuelta por el centro comercial, llegando Scott a olvidarse de que había llegado con sus amigos, y sin pensar que probablemente estarían espiándolo. Claro que no se quedó todo en una simple tarde, el chico que le había acompañado; que se llamaba James, por lo visto, le dió su número, claro que sin advertirle de que si decidía no hablarle, averiguaría su número y le escribiría él, dando lugar a que Scott le garantizase que si que le escribiría. Llegado el momento, James se fue, y los otros dos salieron de su escondite son ningún tipo de disimulo. Hasta que fue el chico azul quien habló.

-Te estábamos espiando-

-Idiotas... ¿Escuchábais?-

-Si, todo-

•••

Se encontraban Erik, Alex y Charles después de que ayer le hubiera contado el problema a Charles y haber decidido sobre él, sobre qué hacer al respecto. Alex parecía un poco nervioso, y mientras tanto, Erik enfadado recapitulando la información para asegurarse de no dejarse ningún detalle.

-Entonces... Cuando venías aquí te paró un chico con otras personas más, supieron a donde ibas, y te dijeron que ahora que sabían de la vuelta de Charles a la escuela, y yo con él, vendría a vengar a su padre, y los demás porque son aliados o tienen algo de lo que vengarse también...-

-Si, eran como un ejército, quieren una batalla; X-men contra ellos. Tienen a un cerebrito con gafas y además mutante,creo que también tienen algún telépata, un amigo muy grande, un chico muy rápido y rarito con bigote, y a una chica con mucho poder, al parecer son bastantes parecidos, solo que no tenemos a Jean-

-Podríamos tener posibilidades, huir no nos serviría-

-El chico decía ser hijo de Sebastian Shawn, que buscaba venganza, tiene telequinesis, y si no me equivoco, absorbe energía-

-Hijo de Sebastian Shawn, yo lo maté por matar a mi madre, y él me quiere matar por matar a su padre... No imaginaba que tuviera un hijo-

-Se llama Stefan, que recordaras su nombre dijo, con mucho dramatismo-

Erik miraba a Charles, y Charles llamaba a Erik, ambos se dirigían una intentsa mirada mientras discutían mentalmente por lo que pensaban hacer con el tema, mientras Alex les miraba confuso e impaciente, y entendió lo que estaba pasando cuando vió a Erik asentir sonriendo y a Charles negando serio y ligeramente enfadado.

-Erik, puede ser muy peligroso, no lo haremos, recuerda lo que pasó cuando luchamos contra su padre, ¿y si le pasára algo a alguien? No me quiero arriesgar-

-Charles, no pasará nada, tus alumnos están entrenados, tenemos a Logan, a Peter, a Scott, te tenemos a ti, ahora somos muchos más que antes, y yo no dejaré que te pase nada-

-Los niños se quedarán a salvo, entrenaremos a los más áviles y mayores, no me arriesgaré a que se hagan daño. Estarán a partir de que tengan 17, y tendremos que entrenarlos bien, los demás se quedarán aquí, no dejaré que les pase nada-

Después de lo dicho por su pareja  el más alto sonrió satisfecho y mirando a Charles, se agachó dejándole un beso corto en los labios, dándole a entender que no pasaría nada. Ansioso por la pelea, por empezar a entrenarse, a entrenar a los demás, y destruir a los que se han atrevido a retarles. Tenía lo que había querido durante tanto tiempo, una vida tranquila y pacífica, por Charles, pero puede que solo la quisiera por él, porque nunca había pensado que pudiera hacerle tantísima emoción una nueva guerra.



De vuelta a casa. Cherik/ X-menDonde viven las historias. Descúbrelo ahora