17

232 46 6
                                    

No le hizo falta a Erik más que ver a alguna que otra pareja dándose amor para enfurecerse e inconscientemente hacer que objetos metálicos comenzaran a flotar, o incluso conseguir que alguno de quienes estaba ahí se apartara de forma brusca debido a llevar algo de metal encima.

Por muy de mala ostia que le pusiera ver eso, peor se puso cuando vio por el rabillo del ojo, como su hijo estaba siendo devorado (a su parecer) por su novio, no lo pasó por alto y retrocedió unos pasos, mirándolos antes de tirar con sus poderes a Logan por la ventana, recibiendo más de una mirada asustada, y una en especial enfadada, solo que el menor decidió no replicarle nada, ya que no había visto a su padre de muy buen humor, y decidió dejarlo ir.

No le hizo falta más de tres segundos para estar abajo, delante de su novio, el cual se estaba levantando adolorido y con una mano en la cabeza.

-¿Estás bien?-

-Odio que haga eso, que se tire él por la ventana-

-No parecía contento-

-Karma-

-Tranquilo, ¿quieres hielo?-

-No, ya no me duele-

-Pues no te quejes-

La pareja se dirigía hacia dentro mientras hablaba y el peliplateado trataba de distraer a su novio para que no fuera a por su padre, ya que saldría perdiendo Logan.

✦✦✦

Charles sabía el humor del que estaba Erik, pero prefería esperar a que se tranquilizara para hablar con él, era mejor así, ¿no? Estaba enterado de cómo había sido su reacción al estar presente en momentos de amor de otras parejas, estaba furioso, Erik y Charles solían parecer la pareja más perfecta de la escuela a ojos de muchos otros, se querían, se respetaban, se comprendían, no peleaban y además, más de media escuela les había visto darse amor. Y en ese momento, era el alemán quien veía a los demás ser una bonita pareja mientras la suya estaba en un pequeño mal momento.

-Deberías ir-

Le aconsejó el chico con gafas detrás de él, mirándole con una ligera, incluso un poco tímida sonrisa, tal y como cuando se conocieron, mirándole a los ojos con ese toque de inseguridad y esa chispita de confianza en el brillo de sus ojos.

-Se supone que el telépata soy yo-

-Piensas demasiado alto cuando se trata de Erik-

Explicó el más alto con una sonrisa que le respondía la duda que había surgido en su mente al escuchar las palabras dichas por el pelinegro, y la respuesta era si, todos sus pensamientos sobre Erik eran audibles para más de los que le gustaría.

-Estás enamorado, es entendible-

Le habló Hank en un intento de consuelo con una mano en su hombro, ya que de todas formas, así era, aunque parecía que Charles controlaba perfectamente su mente, no era así, cuando se ponía muy nervioso o no se centraba en nada más, eso pasaba, no tan a menudo, afortunadamente.

-Dios... qué desastre soy, no debería dejar que los demás escuchen nada-

-No eres un desastre, y no puedes evitarlo, tú ahora solo céntrate en que debes hablar con tu novio alemán con mirada asesina-

-Mi prometido-

Corrigió el más bajo lanzándole una radiante mirada al recordar de forma repentina el momento en el que le pidió la mano, para sin detenerse demasiado, cambiar el semblante a uno más serio.

-Claro, eso si... decide que la boda sigue en pie-

Susurró en un suspiro, esta vez con menos ánimo que antes, recibiendo una mano en su espalda por parte del más alto y una mirada con la que le decía que no debía pensar así, ya que de todas formas, solo era una pelea, y no había sido tan grave.

-No digas eso, claro que sí, pero si te quedas aquí parado no conseguirás nada-

-Cierto, iré a hablar con él, gracias, Hank, eres genial-

Gritaba Xavier eso último, ya que no esperó a terminar de hablar para irse finalmente a arreglar las cosas con Lenhsherr, no soportaba la idea de que Erik estaba enfadado con él.

No tardó mucho en saber dónde estaba su amado, ya que en una situación así, le parecía necesario meterse en su mente, y al ver el estado en el que se encontraba el alemán, supo que no se arrepentiría de haber hecho caso a McCoy e ir en ese momento con el ojiverde. Pues tras haber ido hacia su habitación y hacer que Erik abriera la puerta del baño, disfrutó durante varios segundos del cuerpo desnudo del mayor mientras se duchaba, Lehnsherr, al notar como el más bajo ignoraba la mirada que le dirigía, decidió hablar en un tono neutro que podría incluso dar miedo, solo que no era exactamente miedo lo que causaba en Charles.

-¿Qué haces aquí?-

-Vengo a hablar-

Contestó decidiendo finalmente mirarle a los ojos, tratando de concentrarse, ya que estaba seguro de que si se volvía a distraer igual, podría enfadarse más de lo que estaba.

-No quiero hablar-

-Pues me vas a escuchar-

Respondió muy decidido con ambas manos en la cintura, mientras que, intentando que no fuera notable a ojos de Erik, pensaba en qué decirle. Comenzó a hablar al ver aceptación en la mirada del más alto, concediéndole hablar, no quería seguir enfadado con él.

-Me has entendido mal, cielo, claro que creo en ellos, creo sin duda que podemos ganar, y por supuesto que creo en ti, solo que desconfío en que lo mejor sea arriesgarnos porque a ese grupo de idiotas le apetezca venganza, sé que ya no podemos hacer nada, si no contraatacamos, nos arrasarán sin piedad-

-Pero nosotros lo conseguiremos, todos morirán por nuestra mano-

-En ocasiones eres tan narcisista... Erik, tengo claro que lo que hice mal antes de irme, fue arriesgar sin pensarlo la vida de mis alumnos, los ponía en peligro y no recapacité sobre ello mientras lo hacía. Ahora sí, tengo en cuenta todo lo que podría pasar-

-Mi amor, no dejaré que nada pase, ¿confías en mí?-

Xavier asintió, notando como gotas de agua caían en sus hombros, ya que, aunque el ojiverde estaba dentro de la ducha, el menor se encontraba delante de esta, y para poder tranquilizarle, puso ambas manos en las mejillas de su novio, consiguiendo así que su cara se mojara y gotas cayeran por su cuello y salpicaran en sus hombros.

-Pues hazme caso, no dejaré que a nadie le pase nada, tranquilo, mi pequeño gnomo-

El ojiazul odiaba cuando su novio le llamaba así, bastante en el fondo le hacía gracia y le daba ternura escucharlo, pero tenía que parecer que lo odiaba, su orgullo no le permitía lo contrario. Solo que no pudo evitar sonreír al escucharlo decir ese molesto apodo que claramente se metía con su tamaño.

Tras ver la sonrisa de su novio, le cogió de las manos y le condujo hacia el interior de la ducha, junto a él.

-Aún tengo la ropa puesta-

Resaltó el menor lo que era obvio, recibiendo una amplia sonrisa y un ligero asentimiento por parte del alemán.

-Claro, me gusta quitártela yo mismo-





De vuelta a casa. Cherik/ X-menDonde viven las historias. Descúbrelo ahora