09

438 59 9
                                    

Charles, Erik, Hank y Alex se habían encargado de reunir a todos quienes pudieran combatir con ellos, y por suerte, no eran pocos los adolescentes y profesores con habilidades lo suficientemente fuertes como para hacerlo. Charles miraba constantemente a Erik mientras lo explicaba todo, uno no necesitaba ser telépata para ver el entusiasmo en su mirada y las ganas de ello en su sonrisa, no le sorprendía nada las inmensas ganas que tenía de empezar y por supuesto, ganar la batalla, estaba tan seguro de si mismo, que con su misma seguridad logró motivar a muchos de los estudiantes y profesores, aunque en mayoría a los estudiantes para dar de ellos todo lo mejor que tenían, incluso les contagió las ganas de entrenar cuanto antes. Pero le preocupaba demasiado, Erik es un superviviente, pero nunca se debería estar tan confiado, y si no era él, podía ser cualquier otro, temía demasiado la muerte de cualquiera de los presentes, por lo que vio en la mente de Alex era muchos, puede que más que ellos, aunque no muchos más, podrían estar bastante más preparados. Haría lo imposible por protegerlos.

Todos comenzaron a prepararse y a entrenar, claro que sabían usar sus poderes, pero debían de aprender a usarlos combatiendo, cosa que muchos de ellos no habían puesto antes en práctica. Algunos de los más entrenados o con más experiencia les ayudaban, mientras otros de ellos también entrenaban. Erik se fijó en su hijo, se veía entusiasmado luchando con Logan usando su poder, y por un momento en el que pararon de luchar, pudo observar como reían, había demasiado acercamiento, y se dedicaban miradas un tanto extrañas a su parecer. Dejó de ver a Peter entusiasmado con la práctica y se dió cuenta de que parecía un niño enamorado y coqueto por la forma en la que le hablaba, y la forma en que Logan miraba a su hijo tampoco le gustó nada.

Decidió acercarse a ellos y de por medio un intento fallido de Charles por pararlo, podría haberlo detenido a la fuerza, pero podría pasar a peor, Peter no se lo quería contar y si hacía eso levantaría sospechas. Llegó donde se encontraban los dos y en cuanto Peter vio a su padre acercarse se alejó con disimulo y sacó un tema aleatorio de conversación.

-Peter. ¿Qué haces con mi hijo, Logan?-

Sonrío principalmente Erik al saludar a su hijo y en cuestión se puso tan serio que podía llegar a dar miedo, mirando a el mayor esperando una buena respuesta que no le dieran ganas de sacarle el esqueleto del cuerpo, porque si se lo ganaba, podría hacerlo.

-Practicar, le ayudo a pelear, necesita hacerlo con alguien con buenos reflejos para su mutación, así dará lo mejor de él, ¿no es lo que quieres?-

-No contigo, asaltacunas-

-Estás paranoico, Erik. De todas formas, tu hijo tiene edad para saber lo que hace y con quien lo hace-

-¿Qué insinúas?-

Peter se tensó ante la situación y el tono amenazante que había empleado su padre al hablarle a Logan y se alejó ligeramente sin hacerse una idea de como podría acabar eso, gracias al orgullo del mayor podría llegar a decir lo que había pasado y admitir su relación.

-Nada, solo que merece un poco más de libertad, no tiene seis años-

-Tampoco es completamente maduro-

-No tiene porqué serlo-

Cada vez que uno de los dos decía algo se acercaba un poco más al otro, incitando a que los algunos de los demás les miraran, pareciendo a la vista de todos que se empezarían a liar a puñetazos en cualquier momento. Peter cansandode su actitud y queriendo evitar cualquier cosa que pudiera pasar, separó a los dos poniéndose en medio.

-Yo si quiero puedo ser muy maduro, más que cualquiera de vosotros dos, y puedo hablar con quien quiera, no hago nada más, tranquilo, papá-

Erik miró a su hijo por varios segundos, replanteando se si retirarse o impedir que siguiesen juntos, decidió separarse un poco lanzando una mirada asesina a Logan.

-Puedes hacerlo con otra persona, ahora entrenaré yo a mi hijo-

-No te puedo quitar el derecho a estar con tu hijo, pero no creas que por hacer esto, dejaré de estar con él-

Una vez que Logan se fue, Erik suspiró irritado por la actitud insoportable de Logan, su contínua forma de ser, le fastidiaba tanto la mayoría de veces que hablaba, no lo soportaba, parecía estar en su contra, como si estuviesen destinados a llevarse mal por algo en especial. Miró a su hijo y el menor le dedicó una sonrisa inocente como si nada pasara.

-Estoy encantado de entrenar contigo-

Esas simples palabras provocaron una amplia sonrisa en la cara del mayor, teniendo en cuenta que lo que más quería era pasar tiempo con su hijo, y que Peter le viera de la misma forma en la que le veía él.

Rato después habían terminado de entrenar por ese día, quedaron los últimos en salir Alex, Hank, Charles y Erik, cada pareja por su lado, Logan había conseguido irse con Peter mientras Erik estaba distraído, así impedía que le pudiese decir algo o pedirle explicaciones sobre qué hacía con su hijo.

Los dos más jóvenes no paraban de hablar, reír, recordar y se decían cosas que ambos deberían entender pero parecían no querer verlo de ese modo. Los dos estaban enamorados mutuamente, pero ninguno se lanzaba, cada vez que uno daba un paso el otro parecía no haberlo entendido, y así continuamente. Hank notaba que entre los dos existía una tensión, pero no se atrevía a acercarse más, decirle algo o simplemente demostrarlo, y Alex estaba tan perdido en el más alto que ni se enteraba de la situación, así era cada vez que estaban juntos. Llegado un momento sin ser del todo consciente, Alex se quedó embobado mirándole, no era demasiado notable, solo que al ver que no le contestaba, se pudo dar cuenta.

-Lo siento, ¿te estoy aburriendo?-

-Me gustan mucho tus ojos-

Al oír eso el castaño pareció ponerse nervioso y por un momento no saber que contestar miró a ambos lados antes de volver a mirarle y de forma un poco disimulada decidió contestarle.

-¿Mis... ojos?-

-No, a ver, si, digo... que me gustas mucho... No, eso no era... ¿Tus gafas son nuevas?-

-Son las de siempre... ¿Has dicho que... te gusto?-

-No, no era eso, perdón, estaba confundido-

-Pues qué mal, porque tú sí me gustas a mi-

Mientras el de gafas habló sin pensarlo ni una sola vez, Alex negó dolido y un poco indignado incluso, por lo que le había dicho su amigo, no esperaba que Hank pudiera ser tan cruel como para mentirle así.

-Hank, por favor, no juegues conmigo-

-Alex, creo que me gustas, de verdad, no, no lo creo, lo tengo muy seguro-

-Pero... estabas con Raven-

-No, me gustó, sí, pero me di cuenta de que solo la veía como a una buena amiga. Poco después fui consciente de lo que sentía por ti-

-Me pasaba el día metiéndome contigo-

-Supongo... que eso me atraía-

-Entonces te gusto-

-Y por lo visto yo a ti-

-Por supuesto-

Se miraron sin decir nada más, intercambiando alguna sonrisa diciéndose con ella lo estúpidos que habían sido por no darse cuenta antes. Tras intercambiar un par de miradas de pronto se unieron en un beso. Al ver eso, y lo repentino que había sido, Erik miró a Charles negando.

-Te he dicho que no lo hicieras-

-Ambos querían, si preguntan yo no he estado aquí ni les he controlado la mente-

Habló el más bajito yéndose de allí siendo seguido por el alemán que tampoco quería estar presente.

De vuelta a casa. Cherik/ X-menDonde viven las historias. Descúbrelo ahora