Día diez

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Estaba considerablemente cansado, YoonGi estaba agotado, desgastado y atareado, como sea que se acomode mejor a la perspectiva de cada quien. Había sido un día ocupado, se pensaría que como cualquier universitario.

Pero consideremos el hecho de que él llevaba dos títulos por terminar en su espalda, obviamente no era una sorpresa este hecho del agotamiento mental. Pero lo peor no era eso, pues ya bastante tiempo llevaba cursando en ambas facultades las respectivas carrearas, sino que ahora tenía que ir después de clases a un edificio un tanto aislado para enseñar a un grupo de chicos a cortejar, que a este punto ya le parecía bastante innecesario, si le preguntaran.

Además, recordando el hecho de su lobo recién despertado; vivito y coleando. No le daban muchas ganas de acercarse a aquel lugar donde impartía el cursillo.

—Permiso— Dijo un tanto alto a el grupo de populares que atascaban los pasillos; ya bastantes veces les había encontrado bloqueándole el paso, y estaban desgastando su prodigiosa paciencia.

Gracias a la luna, salió del edificio y tomó rumbo a donde se supone lo esperarían los seis chicos.

Al pasar por unas palapas, se encontró con una linda escena de una alfa dándole tulipanes a una chica omega.

Cierto, su cabeza hizo clic en algún momento al ver como a la omega se le teñían las mejillas de timidez y otra cosa. Pero eso no importaba porque en su mente solo se cuestionaba si pasar a un ejercicio tipo práctico en su aula de enseñanza.

La cabeza se le revolvía un poco, pero no tardó en seguir con el simple objetivo de llegar al ala izquierda del edificio y llegar al lugar.

Así lo hizo. Tomó una inhalación que dejaba mucho aire que retener y prometía un profundo suspiro que soltar. Empujó la puerta y como ya había sido costumbre unas cuantas ocasiones, los seis alfas ya yacían en los primeros asientos conversando eficazmente.

Pero, naturalmente, al llegar él, todos posaron su mirada en sus facciones y detuvieron toda acción en proceso, poniendo la piel de gallina en YoonGi, quien deseaba no ser tan criticado por los chicos.

Aun así, puso su mejor expresión y su actitud segura y positiva, una que servía mucho en estos casos.

—Buenos días, chicos. — sus dientes asomaron levemente entre su sonrisa y próximamente volvieron a esconderse entre esos labios finos de durazno. Si, tenían matices que a SeokJin especialmente recordaban a los duraznos, y seguramente más de uno compartía la idea. Solo que SeokJin incluso la había puesto en acción, el otro día que volvió a realizar un boceto con el rostro del chico unos meses menor, ahora más tranquilo y con más tiempo en su casa. Entonces, ya cumpliendo sus caprichos, también añadió color al papiro y usó un color melón pálido.

Pero silencio; eso nadie lo podía saber.

—¿Cómo les ha ido el fin de semana? — Inquirió YoonGi haciendo ameno el ambiente, sentándose disimuladamente en el escritorio allí puesto, digo, la mayoría de profes solía usarlo para sentarse en vez de apoyarse para escribir, y a él tal vez podría parecerle muy anticuado sentarse en la silla detrás de este.

Hubo un momento de sosiego después de esa pregunta, un par de miradas entremezcladas, preguntándose así mismas quien tomaría la palabra, mas, antes de hallar un acuerdo, alguien se adelantó, como solía ocurrir.

Cortejo ∆ BTS→MYGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora