Día dieciocho

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—YoonGi ¿Te sientes bien? —Volvió a decir su padre, acababan de llegar a su casa y YoonGi casi se había caído apenas al llegar a la puerta. Parecía dormido, pero seguía respondiendo a las preguntas de su padre y tenía un aspecto acalorado.

—Si, papá, ya te lo dije, tengo sueño. —YoonGi fue con pesadumbre, casi sin abrir los ojos hacia su habitación, donde una vez captó su cama, se desplomó en ella como si nunca se hubiese recostado en una, son mucha pereza fue quitándose la ropa que portaba, y no le importó buscar su pijama. Durmió en prendas interiores.

Durmió y durmió, soñando cosas inimaginables, como si estuviera en otro lugar, en otra época, en otra vida.

Sonó la alarma.

—¡Agh, callen esa maldita canción!

El señor Min desde su habitación alzó una ceja, extrañándose pues YoonGi nunca llamaría maldita a una de sus canciones favoritas: Creep.

—¡Ya son las seis y media, YoonGi! — Avisó a su hijo acomodándose la camisa dentro del pantalón gris.

—¡Genial!

Eso YoonGi lo había dicho sarcásticamente, pero su padre no lo notó como muchas veces y asintió creyendo que el menor ya estaba por salir de su alcoba. La realidad era un YoonGi con ropa interior para nada bien colocada, boca abajo, con el cabello señalando hacia todos lados y una tira de saliva en su barbilla.

Cómo odiaba todo, odiaba a los alfas que lo habían dejado el día de ayer, odiaba a su padre por obligarlo a ir, odiaba a la maldita luna llena por hacer que mojara su ropa interior, y odiaba la estúpida atracción que sentía hacia los seis alfas a pesar de ya haber pasado la luna llena.

Levantó su cara de la almohada y vio el reloj. Con suerte llegaría a la segunda clase.

¿Pero que día era?

—¿Qué día es? — Gritó a su padre, sintiéndose un poco estúpido por la pregunta, ¿Cómo no podía acordarse de tan sencillo detalle?

—Día de que te levantes y te arregles, o sino no te llevaré en el auto y tendrás que ir en autobús. — Bufó su padre y YoonGi suspiró con un ligero dolor de cabeza, ya había recordado el día, era viernes, al menos los viernes apenas tenía clases de psicología, y tenía unas cuantas de música. ¿En que momento me metí en esto? Ninguna de sus carreras tenía buen campo laboral, ni siquiera pagaban bien.

Solo lo hacía por amor, amor a las disciplinas. El dinero no sabía como iba a conseguirlo cuando se volviese independiente.

—No te preocupes, lo tengo controlado.

Dijo en ese momento, pero media hora después se encontraba dando una ducha, al mismo tiempo que su padre le decía desde afuera de su cuarto.

—¡Te dejo tu pasaje en la mesa!

YoonGi con espuma en la cabeza y jabón entrándole en los ojos asintió, no muy consciente de que su padre no lo vería.

El pálido salió minutos después del baño, tropezándose en el proceso con un cesto de ropa sucia. Estaba algo torpe el día de hoy, pero esperaba que llegando a la escuela se despabilara un poco.







Algunos estudiantes miraban extrañados a YoonGi caminar por los pasillos, su vestimenta no era la mejor considerando los conjuntos impecables que había llevado todo el año, tenía unas ligeras sombras oscuras debajo de los ojos, sus mejillas estaban rosadas y caminaba obtusamente, llegando al punto en que casi se tropezó en medio del campus antes de llegar.

Cortejo ∆ BTS→MYGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora