Día diecisiete

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JungKook inhaló la rosa en sus manos. Era la misma que YoonGi le había dado en sus manos aquel día que les había encargado la tarea de darle aquella rosa al omega que comenzarían a cortejar, y el que posteriormente invitarían a la fiesta del plenilunio en la universidad.

Pero a nadie engañaba, no se había fijado en nadie desde que YoonGi llegó como su maestro aquel día en que el director lo había captado como un chico problemático cuando del romance se hablaba.

No paraba de pensar en él, en su bella sonrisa, en su baja y cálida voz, en sus cabellos que lucían tan sedosos, y ese olor que hacía que sus sentidos se activaran.

Todavía no captaba muy bien el aroma de YoonGi, honestamente. JungKook sabía que su lobo ya lo había sentido y ya lo sabía identificar como si fuera el suyo propio, mas en su parte humana todavía había un poco de confusión respecto a ese tema, pues claramente a todas las castas, principalmente omegas y alfas, les imponían el uso de neutralizadores y otros productos para ocultar su olor. YoonGi no era la excepción.

Sea como sea, eso ahora estaba en segundo plano.

En esos momentos, después de haber ingerido el desayuno que su madre amablemente le había hecho, y prepararse para ir a la escuela, estaba en un dilema sobre cómo hablar de sus sentimientos al omega.

Sus amigos tenían cada vez más cercanía con el pálido, pero JungKook sentía que tanto su suerte como su timidez no le eran los mejores aliados en este tema.

Tenía pensado hablar con el chico el día de la fiesta de luna llena, era obvio que YoonGi iría, a pesar de no tener pareja por el momento, los docentes siempre asistían a esos eventos, y YoonGi por igual, siempre iba acompañando a su padre.

Finalmente, cuando decidió que ya se había retrasado un poco, oliendo aquella flor, salió y caminó hacía la parada del autobús.

Al llegar a la escuela se siguió derecho hasta su clase. Así, monótono, hasta la hora del almuerzo.

En el receso observó gustoso el menú del día en la cafetería, había muchas opciones. Hoy por alguna razón estaba más alegre que otros días, y podía sentir un calor reconfortante en su pecho instalarse levemente, así que se dio el gusto de pedir sin remordimientos.

—Una ensalada de pollo con mucha salsa picante y un café moka con canela y vainilla.

En unos breves momentos tuvo ambas cosas en sus manos, y antes de preocuparse donde se iba a sentar, llevó su nariz a los labios del vaso con el café y respiró plácidamente cerrando los ojos por unos instantes.

Sonriente, levantó la mirada, y ahora ,ya dispuesto a buscar asiento, escuchó su nombre.

—¡JungKook!

Rápidamente su mirada captó a JiMin y a su grupo de amigos en una mesa al fondo. Frecuentemente comían juntos, pero a veces no llegaban a encontrarse o simplemente sus horarios no se alineaban en pocas ocasiones.

Caminó hacia ellos aún con una pequeña sonrisa en su rostro.

—¡Hacían cosas horribles en la cocina! Se veían ridículos, la verdad. —Escuchó la voz de Jin desde antes de tomar asiento.

Al sentarse simplemente dijo un "Hola" a todos y se unió a la plática, no quería interrumpir la interesante anécdota que Jin se esforzaba por recordar.

Cortejo ∆ BTS→MYGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora