Día veinte

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—¿Cuánto tiempo dijo que duraba el efecto? —Preguntó Suji mientras ayudaba a Jihoo a llevar a YoonGi a su habitación.

La doctora, para que no hubiese un riesgo al transportar a YoonGi a su casa, le introdujo una anestesia general, de apenas unos minutos, que seguro ya estaban por acabar, y cuando lo hiciera el omega tendría nuevamente sus complicados momentos de calor y dolor en el vientre.

La profesora Bae había ayudado al padre de YoonGi con todo el proceso de sacarlo de enfermería completamente sedado, cargarlo hasta el auto, llevarlo a su hogar y volverlo a cargar para dejarlo en su alcoba.

—Creo que quince minutos, alrededor de eso. —Afirmó Jihoo, no recordando muy bien aquel detalle; estaba más preocupado por su hijo inerte, ya en su mullida cama. Por lo menos ahora YoonGi tendría espacio y libertad para moverse y hacer lo que quisiera en su habitación.

—Espero que su celo pueda terminar rápido. — Suspiró compadecida Suji, a pesar de saber que el celo de un omega raras veces solía ser rápido, mucho menos probable cuando encontrabas a tu destinado. Aunque eso era algo que aún le costaba creer, por como lo había dicho su amigo.

¿Cómo podría encontrar a su alfa un chico tan reservado como YoonGi? Eso si que es suerte. Pensó.

Puso la mano en su barbilla, pensativa, bueno, pero si es que así fuera, el alfa de YoonGi estaría sufriendo el mismo celo que YoonGi. Aunque no estaba con él, obviamente, tal vez no seria tan fuerte para el alfa.




—Ewww... hueles a feromonas, Nam. —Dijo quejumbrosa la hermana de NamJoon: Ryujin, quien en esos momentos cubría su nariz del olor fuerte de su hermano. Tenía apenas trece años, y llegaba más temprano de la escuela, por lo que solo se encontraba ella en casa, a excepción de sus padres, quienes trabajaban.

—¡Voy a mi cuarto, no habrás! —Exclamó NamJoon mientras subía los escalones de su casa con prisa.

—¿Y si tengo hambre? — Mencionó la pequeña alfa, cerrando la puerta y volviendo a su celular sin ninguna preocupación, como si su hermano mayor no hubiese entrado casi en celo hace unos momentos.

—¡En mi billetera hay dinero! ¡No molestes!

La menor alzó la vista del celular y sonrió hacia el lugar donde el alfa había casi lanzado su mochila.




—¡Abran paso! —Gritó JiMin a todos los que iban impidiendo que pasara con total libertad en la acera, estaba a unos metros de su casa, pero la inevitable zona comercial bloqueaba numerosas veces su paso.

Una omega cuarentona le lanzó un beso que claramente no se detuvo a asimilar. Llegó casi estrellándose en la puerta de su casa cuando su primo Chanyeol abrió.

—Voy a la tienda, ¿Quieres un condón o un consolador? —Preguntó con una entusiasta expresión en su rostro.

—Quiero unas horas de privacidad, así que haber que haces allá afuera mientras pasa mi calor. —Mencionó al mismo tiempo que entraba y cerraba la puerta, dejando a Chanyeol con una mueca triste, pue no había sacado las llaves y hasta ese punto había notado que quería ir al baño.




—¡Papá, ya llegué! — Vociferó HoSeok al entrar a su hogar.

Cortejo ∆ BTS→MYGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora