54

749 100 9
                                    

Marzo 1 semana — Miércoles. 

Era la hora del almuerzo y en vez de juntarse en el banco para comer, Cross caminó directamente al salón de clases del curso superior. No demoró en encontrarse con la puerta abierta suponiendo un pase libre para entrar como si perteneciera a esa generación, no era primera vez que lo hacía. Su mirada se fijó en los pupitres que pertenecían a sus conocidos, ubicando a ambos chicos de cabellera oscura; cada uno estaba con el mismo semblante: cansancio. 

Miró a los lados esperando no llamar más la atención y se acercó al par, Nightmare estaba leyendo un libro en una pose que denotaba agotamiento mientras que Error solo miraba su celular. No tardó en ser notado por su pareja, quien cerró el libro con lentitud mientras se erguía, antes de poder decir una palabra, lo que salió de su garganta fue un bostezo.

— ¿Qué hicieron que están tan cansados? —Preguntó el menor, si se fijaba bien, Nightmare tenía ojeras. 

— Un tríptico, evaluaciones, trabajos, proyectos. 

— ¿Todo en este día?

Nightmare asintió, Error no se metió a la charla pues cayó dormido en el banco. En su mente se reforzó el miedo de pasar de curso y tener que enfrentarse al doble de responsabilidades de las que tenía ahora. A pesar de ese pensamiento, algo más importante era la estabilidad mental que tenía ahora el azabache, podría ser un erudito, pero todavía era capaz de cansarse y tener estrés.

— ¿Quieres comer? —Volvió a preguntar.

— No tengo hambre.

— Entonces vamos a la biblioteca, para que descanses más cómodo.

Ya no era el bostezo que no le permitió al azabache contestar, Cross antes de cualquier respuesta le tomó suavemente del brazo para guiarlo sí o sí al destino propuesto, era un buen lugar y si tardaban más podrían perder el puesto de almohadas. Nightmare en silencio le siguió el paso, de vez en cuando acomodándose la bufanda para estar más temperado, era el mal de estar cerca del polo norte, hacía frío casi en cualquier momento del año.

Al llegar, Cross suspiró aliviado de que el puesto de almohadas no fue ocupado por nadie más, ambos muchachos se sentaron entre la suavidad del algodón. El azabache volvió a bostezar, quejándose con algo de molestia ante tanta endeblez.

— Dormiré un rato. 

— Descansa, lo mereces.

Nightmare asintió para acomodarse, sin antes recibir un beso en la mejilla por parte del menor. Cross le tomó el hombro y en pocos gestos le propuso una nueva forma que quizás podría ser mucho mejor que solo recostarse en las almohadas; el azabache le miró incrédulo, mas la intensa mirada del menor no le hizo pensar en excusas o rechazos. De esta forma, Cross estiró sus piernas y poco a poco el mayor acomodó su cabeza en el regazo adverso, sus muslos actuarían como almohada mientras quedaba boca arriba.

Ambos se miraron por un momento, la gravedad nuevamente actuaba contra el flequillo del azabache provocando que su rostro fuera completamente visible, sus ojos con una tonalidad grisácea, pero única según la perspectiva del de monocromía, iban siendo cubiertos por sus párpados hasta quedar completamente cerrados. Una afable sonrisa fue la que le dedicó a Cross, una expresión de cariño y afecto que el bicolor estaba dispuesto a atesorar por el resto de su vida. Ahora sí podía tener un sueño mucho más reparador. 

Sin duda, todo el camino que tuvo que cruzar para obtener su atención había valido la pena, y esperaba que su relación se mantenga y fortalezca con el tiempo. 

NATURAL | BLANCO Y NEGRO #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora