59

762 94 23
                                    

Marzo 3 semanas - lunes

Sus manos estaban firmemente tomadas para que el frío primaveral no los separase, la pareja caminaba en los caminos cubiertos de nieve fresca, siendo guiados por las luces que los faroles hasta el paradero que llevaría al de ojos grises a su hogar. Habían tenido una agradable salida al centro comercial, era el lugar preferido del joven por los juegos mecánicos y sin duda había sido una increíble experiencia según él. 

Jugar junto a su pareja solo hacía las cosas más divertidas.

– Qué oscuro está todo, no pensé que la tarde pasaría tan rápido.

– Estuviste estas tres horas gritando todo el rato en la sala de juegos.

– ¡Lo siento! Es que realmente amo la sala de juegos.

– ¿Aún sean niños de diez años tus contrincantes?

Cross abultó ligeramente su labio inferior, ganando una sonrisa socarrona por parte del azabache.

– Tú no aceptabas jugar conmigo.

– Sí jugué contigo, tres rondas por cada máquina.

El pobre no pudo más que reír para pasar la derrota por el costado, una que se convirtió en risas divertidas por las conversaciones que se tornaban mucho más amenas y tontas. No eran situaciones tan excepcionales, pues entre ellos habían creado tal confianza que Nightmare podía soltarse por completo, no se convertía en un bufón, pero el humor jocoso no faltaba, y al menos a Cross le encantaba tener esos momentos tan únicos donde parecía que no había nada oculto. Así lo era.

Ya estaban por llegar al paradero cuando un sonido a lo lejos perturbó su ameno ambiente, llegando a detenerse cuando a unas dos farolas de distancia se asomaba una gran sombra. Nightmare se colocó frente a Cross casi al instante, preparándose para lo peor; poco a poco la sombra se acercaba a luz, permitiendo que para ambos jóvenes sea claro de qué se trataba: un venado.

Cross soltó un resuello, calmando su cuerpo del anterior susto.

– ¡Un reno! ¡Mira, mira! ¡Qué preciosura!

– Cross, ten cuidado.

El monocromatico a pesar de notar el leve temblor en el tono de su pareja, lentamente se movió hasta el gran animal hasta saber que no iba a ser atacado y pasó su mano por el cuello del reno, este no reaccionó, pero se quedó quieto. Nightmare se acercó a su novio con tal de no dejarlo solo, esperando que no sea una amenaza hasta que el animal solo movió la cabeza.

– Es raro que haya uno aquí. –Comentó Cross, sin detener sus caricias. 

Pasaron un par de minutos donde Night solo pudo estar atónito de tal animal, era grande y sus astas eran bastante complejas mientras que Cross disfrutaba aquella mágica experiencia. Fueron interrumpidos, entonces, por un señor que se iba acercando y este agradeció que hayan retenido al reno, pues se le había perdido al salir del área protegida. Cross al verse tan encantado de la situación, fue quien tomó la palabra hablando un poco para conocer la situación, después de diez minutos, la pareja y aquel señor se separaron. 

– ¡Woah! –Exclamó Cross, estirándose– Tenemos que repetir esto.

– Sé un poco más consciente, pudo haber sido salvaje y esto no hubiese acabado tan bien.

Night apretó su mejilla, ganando una sonrisa abultada.

– Está bien, siempre podemos echarnos a correr al lago.

Nuevamente presionó aquel moflete entre sus dedos, esta vez obteniendo una queja.

– Tonto. Vamos a dejarte al paradero antes que te deje la mejilla morada.

Cross asintió, tomando su brazo bastante enternecido; sabía que el azabache no estaba tan cómodo con un animal así debido a lo sucedido hace años y por eso su preocupación y molestia; si sucedía algo similar en otra ocasión, sería más consciente de sus propias acciones y evitaría el peligro. 

NATURAL | BLANCO Y NEGRO #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora