7

672 115 13
                                    

Septiembre 2 semanas - viernes.

Parecía que todo había vuelto a la normalidad, todo estaba tranquilo y por fin se había terminado otra semana más de clases, ahora caminaba con tranquilidad al lado de su compañero, mirando el cielo nublado mientras pensaba qué podía cocinar para la cena, tenía algo de hambre y se le antojaba algo bueno para comer. 

De pronto sintió que algo no iba bien, un movimiento que pudo percibir desde el soslayo irrumpió todo momento de silencio. Se tuvo que detener bajando la mirada para toparse con alguien que estaba estorbando en el camino, y qué mala suerte tenía, era el joven que más de una vez apareció la semana pasada; no obstante, para su sorpresa, no estaba mirándolo, sino al moreno.

— Tú, ¿Eres Error Crayon?

— Sí, ¿te jode?

Nightmare dio un paso al costado, tratando de no sentir frío en sus pies, la nieve estaba por sobre sus talones y era incómodo caminar así, menos quedarse quieto y tener que ser espectador del espectáculo que se estaba montando ambos niños.

— ¡Soy Cross y seré tu nuevo enemigo!

— ¿...Eh?

Intentó no mostrarse sorprendido ante tal declaración, solo sacó el celular de su bolsillo y evitó cualquier contacto visual con el de cabello bicolor, aun así escuchaba todo lo que discutían.

— ¡Lo que escuchaste! Competiré contigo en todo lo que tenga que ver con deportes.

— No estoy interesado en jugar con niños. —Se defendió Error.

— Tú eres un niño también. —No pudo evitar decir eso, ganando un ruido desesperado por parte de su amigo.

— ¡No te metas!

— Vas a aceptar, porque no permitiré que vuelvas a herir a mi amigo Ink.

El propio Nightmare prestó más atención al escuchar eso, era algo que no concordaba en la historia cuando Error ya le había contado que había besado a Ink hace unas semanas. Alzó la vista viendo cómo se retiraba el joven y posteriormente notó que el moreno no estaba en mejores condiciones, su boca estaba ligeramente abierta, totalmente ido por tal revelación. 

Como buen amigo le hizo volver a la realidad, dándole un manotazo en la nuca.

— ¡Ahg! —Se quejó— ¡No me pegues así!

— Te estaba entrado nieve a la boca, vámonos.

Era lo mejor que podían hacer, no podía quedarse en medio del frío y ya no había nada de qué discutir. Error se resignó y volvió a remontar el paso, yéndose a la casa de cada uno.

NATURAL | BLANCO Y NEGRO #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora