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Enero 4 semanas - miércoles

A veces no era malo hacer saltos de fe, atreverse a dar un paso adelante podía ser beneficioso y hasta sorprendente pues aunque uno no se lo espere, puede obtener los resultados deseados. Así se sintió Cross cuando en un golpe de imprudencia invitó a Nightmare a su casa para hablar después de clases, al principio se ganó una negativa inmediata, empero, unas horas después su invitación fue aceptada, la única condición era que le dejara terminar su tarea antes de hacer alguna otra cosa; Cross por supuesto que aceptó.

Así, ambos tomaron el paradero para ir a la casa del monocromático, el viaje fue relativamente corto pues conversaron sin ningún tropiezo; al llegar caminaron dos cuadras hasta quedar frente a su hogar. Nightmare se quedó mirando el lugar entretanto Cross avanzaba por el camino de pavimento directo a la puerta, quedándose en la fachada de la casa al notar que su acompañante no avanzaba.

— ¿Qué ocurre?

— Nada, asimilaba el lugar.

— ¿Eh? ¿Es muy pequeña?

— Más bien, es moderna.

— Oh, supongo que sí. Son muy rectangulares pero ya estoy acostumbrado —Se encogió de hombros, pronto indicó a su izquierda con la mano— Y esta es la casa de Ink, supongo que aún no llega porque hay nieve en la entrada.

Nightmare asintió y terminó por avanzar hasta el umbral, Cross abrió la puerta dejándole entrar primero, notaba que Nightmare estaba muy curioso pues observaba de pies a cabeza el lugar desde su posición; por su parte se quitó la mochila, avanzando junto a él al living.

— ¿Por qué esta decoración?

Las paredes y muebles tenían un patrón en especial, eran colores blanco y negro, con varios objetos rojos, eran los colores predominantes por no decir únicos.

— Mis padres quieren que me sienta cómodo en casa haciendo que lo que yo vea se asemeje a la realidad. 

— Es un espacio bastante moderno, concuerda con la estructura, no se ve mal.

Cross rió, extendiendo el brazo en gesto de señalar todo el salón.

— Colócate donde quieras para tu tarea, yo me iré a cambiar de calzado.

— Bien.

De esa forma subió por la escalera y se cambió de ropa y calcetas, en los interiores de las casas no se usaban zapatos, estos se dejaban en la entrada del hogar, esto era para evitar manchar o mojar el suelo por la nieve o lodo. Bajó nuevamente al living para sentarse en el sofá, notando que Nightmare se había sentado en el suelo para usar la mesa de centro como apoyo de su cuaderno, allí se quedó en silencio total, concentrándose en lo suyo. 

Cross se quedó jugando en el celular en todo ese rato, de vez en cuando miraba al adverso y le ofrecía algo para tomar, logrando servirle un vaso de agua pues fue lo único que aceptó. Al pasar una hora, Nightmare cerró su cuaderno y guardó las cosas, terminando por sentarse al lado del monocromático. 

— Me impresiona que cumplieras con tu palabra.

— Un trato era un trato.

Nightmare bostezó, Cross intentó no observarlo directamente pues de alguna forma estar a solas con él en su hogar lo puso algo nervioso, la sensación apretaba su estómago, no quería arruinar aquel momento. El mayor se estiró cual gato, estirando sus brazos al cielo para finalizar con un cepillado rápido en su oscuro y largo cabello con los dedos. 

— ¿Ahora tus padres están trabajando, no?

— Sí.

— ¿Y saben que trajiste un chico a su casa?

Cross le miró directamente, algo atontado, si hubiese tomado algún líquido seguramente se hubiese atragantado. Se pasó la mano por el cabello como si estuviese imitando las acciones del adverso.

— Esto... no, no saben, pero les diré cuando lleguen.

— Qué irresponsable.

— ¡Ellos confían en mí! —Refunfuñó— Ya sabes todo el recorrido que debo hacer para llegar a la escuela.

Night asintió.

— Sigue siendo peligroso, yo no te dejaría salir en la temporada oscura, o quizás te llevaría a otro lugar de Noruega donde haya más luz del día, como la capital. —Se sintió conmovido por su preocupación, a pesar de su serena expresión sabía que había muchas emociones detrás de aquel rostro de piedra. Giró el torso hacia él para mayor comodidad, él imitó su gesto.

— Me guío con las luces, así que no te preocupes mucho, no me quiero ir de Tromso.

Apoyó su mejilla en el respaldo del sofá, sintiendo una grata comodidad, una que ahora ni el silencio podría perturbar; Nightmare solo estuvo un par de segundos callado, hasta que apartó la mirada al techo.

— ¿Sigues interesado en el porqué de mi mal humor? —Cross asintió casi de golpe, estupefacto de que por fin diría la verdad. Por otra parte, el de ojos cyan suspiró— Solo estuve molesto porque mi padre es un estúpido, Error siempre me ha llamado princeso porque mi padre trabajaba en un buen cargo y por ende teníamos buenos ingresos; no obstante, por un descuido perdió el trabajo. Dependíamos de su sueldo para mantener los lujos que teníamos, con lo que tiene mi mamá no es suficiente, así que era irme a una escuela pública o trabajar, decidí por lo segundo.

Escuchó todo atentamente, sintiéndose apenado por la situación que vivió el mayor, era posible que para algunas personas no fuese un tema tan serio, pero tener que cambiar toda una rutina de golpe no era nada sano emocionalmente. 

— ¿Cuándo son los días que trabajas?

—Viernes, sábado y domingo.

— Oh... Por eso no podías salir los fines de semana con nosotros y te ibas temprano los viernes.

Nightmare asintió.

— He tenido que cambiar mis hábitos y regularme como noruego promedio, no es malo, pero ha sido muy frustrante. 

Abultó los labios, no quería vivir por lo que el mayor pasaba, aun así estaba admirado de cómo a pesar de contar todo eso, la expresión del mayor se mantenía inmutable.

— Lamento todo lo que te ha ocurrido, no sabría cómo ayudarte.

— No quiero tu ayuda, solo te lo conté. —Sonrió incrédulo— ¿No que tanto querías oír la verdad?

— Sí, pero...

— Estoy acostumbrado, tampoco es que me fuera a morir, trabajaré hasta que mi padre recupere su empleo o consiga otro.

No sabía qué decir ahora, había logrado lo que quiso hace semanas, sacar la verdad desde los labios contrarios, empero ahora que lo había conseguido no sabía qué más hacer; incorporó su espalda para, en un acto impulsivo, abrazar al mayor, sus brazos se cruzaron detrás de su espalda llegando a una inclinación donde su rostro se ocultaba casi a la altura del cuello adverso, justo donde estaba su bufanda puesta. Nightmare parecía no reaccionar, solo después de unos segundos sacó su brazo del agarre para reposarla sobre la espalda del monocromático, sin hacer mucho más.

Después de un minuto, se separaron y Cross le invitó a jugar algún videojuego y quedó sólo dos horas después.

NATURAL | BLANCO Y NEGRO #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora